Queridos jóvenes, estamos tan desatentos a los acontecimientos en los que nos encontramos inmersos día tras día, que no vemos cómo nuestro tiempo está marcado por las tensiones, las guerras, la guerra de guerrillas, el peligro incluso de una conflagración nuclear, la desunión de todo tipo, los fenómenos del terrorismo, los secuestros, los males más...
Jesús, cuando enseñaba, hablaba con autoridad, y sus discursos son una serie de afirmaciones impuestas por la Verdad en persona.
En esta ocasión nos detenemos en la piedra angular fundamental de la Espiritualidad de la Unidad. Chiara Lubich nos muestra el camino para obtener la gracia de la unidad del Padre. Aquí, en este punto típico nuestro, está implícito ese “algo más” de lo que es requerido, en general, en las espiritualidades individuales, al menos...
Este texto de Chiara Lubich nos interpela en cómo vivir cuando sabemos cuál es el fruto esperado al final de la vida.
Hay días en que las cosas van mejor -desde un punto de vista humano- y días en que van peor. Entonces repites la dulce experiencia de que, en la vida presente que se te ha dado, no cuenta si va bien o menos bien, sino cómo vives esta vida, porque en ese cómo está la caridad, que es la única que da valor a todo. En efecto, ama a Dios quien observa su palabra (cf. Jn 14,23).
