El examen

El examen

Chiara Lubich

Si tú fueras estudiante y por casualidad llegaras a saber las preguntas del examen final del curso, te considerarías muy afortunado y estudiarías a fondo las respuestas. 

La vida es una prueba, y al final de ella también hay que pasar un examen. Pero el amor infinito de Dios ya le ha dicho al hombre cuáles serán las preguntas: “Tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber (Mt 25,35). Las llamadas obras de misericordia serán la materia del examen; esas obras en las cuales Dios ve si se lo ha amado de verdad, habiéndolo servido en el hermano. Tal vez por eso, el Papa simplifica a menudo la vida cristiana subrayando las obras de misericordia. 

Y nosotros hacemos la voluntad de Jesús si transformamos nuestra vida en una continua obra de El examen misericordia. En el fondo no es difícil, y no difiere mucho de lo que ya estamos haciendo. Se trata de llevar cada relación con el prójimo a un plano sobrenatural. Cualquiera que sea nuestra vocación: de padres o de madres, de campesinos o de empleados, de diputados o de jefes de Estado, de estudiantes o de obreros, durante el día tenemos continuamente ocasión directa o indirecta de dar de comer a los hambrientos, de instruir a los ignorantes, de soportar a las personas molestas, de aconsejar a los que tienen dudas, de rezar por los vivos y por los muertos. 

Una nueva intención a cada acción nuestra en favor del prójimo y cada día de la vida servirá de preparación para el día eterno, acumulando bienes que la polilla no corroe.

Chiara Lubich – Doctrina Espiritual Ciudad Nueva

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