#En Diálogo con Chiara
Jesús, cuando enseñaba, hablaba con autoridad, y sus discursos son una serie de afirmaciones impuestas por la Verdad en persona.
Por eso, es bueno “reevangelizarse”, asimilando uno por uno esos discursos hasta que penetren en lo profundo del alma, como su propia sustancia, como nueva forma mentis del “hombre nuevo” en nosotros. Y hacer esto es hacer la más profunda, íntima y segura revolución que también hoy hace falta.
Señor, nos damos cuenta de que tenemos muchos defectos. Pero tenemos la alegría de saber con seguridad que “ser tu Palabra viva” nos quita cualquier escoria, nos hace salir nuevos una y otra vez, como una nuez de la cáscara.
“Ser tu Palabra” significa ser otro, hacer la parte del Otro que viven en nosotros: encontrar nuestra libertad en la liberación de nosotros mismos, de nuestros defectos, de nuestro no ser.
“Ser tu Palabra” significa ser otro, hacer la parte del Otro que viven en nosotros: encontrar nuestra libertad en la liberación de nosotros mismos, de nuestros defectos, de nuestro no ser.
Del mismo modo, si no sabemos asimilar una por una las palabras de vida que Jesús ha esculpido en el Evangelio, aun siendo “buenos cristianos”, nos quedamos “analfabetos del Evangelio”, incapaces de escribir con nuestra vida: Cristo.
Así como en la Hostia Santa está todo Jesús, al igual que en un pedacito de ella, así en el Evangelio está todo Jesús, como también en cada Palabra suya.
El que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica es como una casa sobre roca. Sólo los cristianos que ponen en práctica la Palabra de Dios sabrán obtener victoria en tiempos de persecución. Podrán venir vientos y tempestades, pero ellos no tambalearán.
Por Chiara Lubich Doctrina Espiritual
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