“Sustituyan los miedos por los sueños”

“Sustituyan los miedos por los sueños”

Por Redacción

Un sueño que se hizo realidad para más de un millón de jóvenes participantes de la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) celebrada en Lisboa, Portugal con el lema “María se levantó y partió sin demora”.

 Así como María que partió sin demora, Santiago Guerra sintió ese llamado de ser partícipe de este encuentro colosal, y comparte para Ciudad Nueva su experiencia. 

Habiendo tenido la posibilidad de participar de la JMJ, quisiera hacer un pequeño resumen de lo que, en esencia, resultó ser tanto para mí como para quienes tuvimos la fortuna de estar allí, esta experiencia única de manifestación universal del amor de la cual pudimos ser testigos. 

Durante una semana, Portugal abrió sus puertas a los cientos de miles de peregrinos que emprendieron su camino hacia su capital Lisboa, donde tuvo lugar este encuentro multitudinario de jóvenes que llegaron de todas partes del mundo, impulsados cada uno desde su interior por un llamado, uno que según el Santo Padre “no fue casual” porque para él todos quienes allí estuvimos, lo hicimos porque hubo una motivación sobrenatural que generó esa inquietud propia de la juventud proveniente de una vicisitud divina, que en la gran mayoría de casos se puede entender como la presencia del mismo Dios, o en algunos otros como una de sus diversas manifestaciones, haciéndose presente en aquellos que a través de esa cautivante curiosidad (como en mi caso), tuvieron el deseo de atreverse a asumir dicha voluntad, aun así, sin siquiera saber con qué se podrían topar.

Desde Colombia conté con la bonita coincidencia de compartir este viaje con otras nueve personas, con quienes tuve la oportunidad de acercarme en profundidad y agradecerles el haber tomado la decisión de hacerse uno con esa voluntad común del Eterno Padre de sentirnos en unidad en ese tiempo y lugar, de modo tal que ese llamado correspondiera no solo a aquello que quizá queríamos encontrar al interior de nuestros corazones, sino también a la importancia de construir una experiencia colectiva que nos permitiera ver el valor de cada uno, reflejándonos mutuamente entre nosotros y con los otros muchos espejos con los cuales tuvimos la posibilidad de compartir en el transcurso de este peregrinaje. 

El encuentro estuvo marcado no solo por la presencia del Papa Francisco , sino también por un ambiente de alegría y fiesta que coincidía plenamente con aquello que el mismo Santo Padre había manifestado en cada una de sus precisas y profundas intervenciones a lo largo de la jornada. En ellas, nos invitaba a no tener miedo, a reconocernos hijos del amor de Dios y miembros de una familia universal que es ‘La Iglesia’, de la cual también somos responsables de transformarla de manera que podamos hacer partícipes de esa misma alegría a todo aquel que quiera acercarse, siendo testimonio por medio del arte, la cultura, y las distintas expresiones de la vida en comunidad encaminadas a acoger al otro en toda su esencia, incluso (y sobre todo) en el sufrimiento y el dolor, haciéndolo sentir amado, como en casa. 

Y es que la plenitud de sentir esa acogida fue latente; en el transcurso de estos días llenos de experiencias compartidas, a través de los múltiples espacios que ofreció el evento tales como: catequesis, talleres, exposiciones, conciertos y por los momentos de reflexión con el Papa en conjunto con las demás actividades, que permitieron disfrutar de la ciudad a los cientos de miles de jóvenes que allí nos encontrábamos y que tuvimos la dicha de reconocer el valor de cada espacio del cual pudimos participar.

Por último, la Jornada se cerró con la multitudinaria vigilia campal que se realizó entre viernes y sábado. Allí se pudo contemplar la magnitud real del evento que acogió en total a 1.5 millones de peregrinos que, bajo la inclemencia del sol del verano europeo, caminaron por horas para llegar al parque “Tejo” o rebautizado como “Campo de Gracia”, para dar conclusión de esta experiencia a través la música, el baile, el encuentro con los otros y la reflexión profunda. Acompañada de momentos como la exposición del Santísimo y la intervención final del Santo Padre, en la que volvió a hacer énfasis en la necesidad de hacer de la Iglesia un lugar para todos, en la que no quepa el miedo, en donde el dolor y la angustia puedan transformarse y en donde, así como Lisboa acogió al mundo, nosotros también en correspondencia a esa bonita obra de misericordia, seamos casa, hogar y posada para el peregrino y por supuesto, para el amor.

“Experimenté que Cristo está vivo” es la reflexión de Carlos, guatemalteco, músico y compositor cristiano que sin demora también nos compartió su experiencia.

Mi experiencia en la JMJ en Lisboa fue de mucha bendición, desde los días de diócesis estuve en misión, cantando misas y colaborando con mi talento a través de la guitarra. La JMJ me enseñó a ser feliz siempre, sin importar qué situaciones esté pasando. El Papa Francisco me contagió de su felicidad, desde que lo vi bajar del avión, su sonrisa me inspiró a ser un joven feliz. La JMJ aumentó mi fe en Dios porque fue mi segunda jornada en donde canté y representé a mi país en el festival de la juventud junto con mi hermana. 

Mi voz y talento fueron parte de esa misión, ya que, compartí alabanzas y dinámicas de mi país con otros jóvenes de otras nacionalidades. En la JMJ me volví 100% mariano, sentí el amor vivo de la Virgen de Fátima y estuve en el lugar en donde se apareció a los pastorcitos, Dios me dio ese gran regalo de poderle cantar a su madre en Fátima, dedicarle un rosario, y cantarle un par de alabanzas a la reina del cielo. 

En la JMJ experimente que Cristo está vivo en todas partes y nos ama, el amor de una madre es incondicional, la virgen es el amor vivo en Fátima y en nuestros corazones, y Papa Francisco nos enseñó que ‘en la iglesia hay lugar para todos, todos, todos’ y a ti joven que lees esto. Papa Francisco te dice: ¡No tengas miedo!

“Nuestros sueños crecieron, con los mensajes de nuestro Papa Francisco” es el sentir de Lupita, cantante cristiana, quien junto con su hermano participaron de JMJ donando sus talentos. Lupita nos cuenta:

Esta experiencia juvenil inicio como un sueño, que a pesar de no saber si en lo económico lo podría lograr, tras muchos obstáculos se pudo. Llegar a la JMJ Lisboa, ver y darse cuenta de que era una realidad estar ahí, a pesar de los pensamientos negativos que pasan por la mente de no podré, no lo lograré, no tengo el dinero, esa fue mi primera sensación entre mis primeras lágrimas. 

Lo que más me gustó fue poder ver cómo millones de jóvenes podemos estar reunidos en un mismo sentir de Cristo vivo, poder profesar nuestra fe, participar de la misa y darme cuenta de que no importa el idioma si somos una misma fe, una sola iglesia. Además, tuve la oportunidad de hacer lo que más amo que es cantar y poder compartir con personas que solo estando de la mano en Dios nos podemos encontrar, volver y ver cómo mil heridas se sanaron a través de la confesión, nuestros sueños crecieron con los mensajes de nuestro Papa Francisco, que sin duda nos dieron esperanza a todos los jóvenes, mil palabras, mil experiencias, y si tuviera que definir mi experiencia en una sola palabra sería “Fe”.

Así como estos jóvenes experimentaron una revolución en la fe a través de la cercanía con el otro, experimentar que Cristo está vivo y que los sueños se pueden cumplir, así también el Papa Francisco a través de su catequesis nos hizo sentir a todos los que fuimos partícipes en espíritu, por eso revivamos juntos estas palabras inspiradoras y motor de un auténtico vivir.

1. “Sustituyan los miedos por los sueños, ¡no sean administradores de miedos, sino emprendedores de sueños!” (Encuentro con los jóvenes universitarios) 

2. “En la Iglesia, ninguno sobra. Ninguno está de más. Hay espacio para todos. Así como somos. Todos. Y eso Jesús lo dice claramente. Cuando manda a los apóstoles a llamar para el banquete de ese señor que lo había preparado, dice: “Vayan y traigan a todos”, jóvenes y viejos, sanos, enfermos, justos y pecadores. ¡Todos, todos, todos! En la Iglesia hay lugar para todos. “Padre, pero yo soy un desgraciado, soy una desgraciada, ¿hay lugar para mí?”. ¡Hay lugar para todos! Todos juntos, cada uno, en su lengua repita conmigo: Todos, todos, todos.” (Ceremonia de Acogida) 

3. “Amigo, amiga, si Dios te llama por tu nombre significa que para Dios ninguno de nosotros es un número. Es un rostro, es una cara, es un corazón.” (Ceremonia de Acogida).

4. “Que sean días en los que grabemos en el corazón que somos amados como somos. No como quisiéramos ser, como somos ahora. Y este es el punto de partida de la JMJ, pero sobre todo el punto de partida de la vida. Chicos y chicas, somos amados como somos, sin maquillaje.” (Ceremonia de Acogida) 

5. “La única manera en que es lícito, la única situación en que es lícito mirar a una persona de arriba para abajo es – lo digan ustedes – para ayudar a levantarse.” (Vigilia con los jóvenes) 

6. “La alegría de María es doble: ella acaba de recibir el anuncio del ángel que iba a recibir al Redentor y también la noticia de que su prima está embarazada. Entonces, es curioso: en vez de pensar en ella, piensa en la otra. ¿Por qué? Porque la alegría es misionera, la alegría no es para uno, es para llevar algo.” (Vigilia con los jóvenes) 

7. “No nos volvemos luminosos cuando mostramos una imagen perfecta, bien prolijitos, bien terminaditos; no, no, aunque nos sintamos fuertes y exitosos. Fuertes y exitosos, pero no luminosos. Nos volvemos luminosos, brillamos, cuando, acogiendo a Jesús, aprendemos a amar como Él.” (Santa Misa para la Jornada Mundial de la Juventud) 

8. “En la vida, nada es gratis. Todo se paga. Sólo hay una cosa gratis: el amor de Jesús. Entonces, con esto gratis que tenemos —el amor de Jesús— y con las ganas de caminar, caminemos en esperanza, miremos nuestras raíces y vayamos adelante, sin miedo. No tengan miedo.” (Vigilia con los jóvenes) 

9. “Quien ama no se queda de brazos cruzados, quien ama, sirve, y quien ama corre a servir, corre a entregarse en el servicio a los demás.” (Encuentro con los voluntarios de la JMJ) 

10. “Síganse manteniendo en las olas del amor, en las olas de la caridad, ¡sean ‘surfistas del amor’!” (Encuentro con los voluntarios de la JMJ)

Con un mensaje profundo de amor el Papa Francisco llegó al corazón de todas las personas, recordándonos que en la vida debemos tener la valentía de sustituir los miedos por los sueños; “sustituyan los miedos por los sueños, ¡no sean administradores de miedos, sino emprendedores de sueños!”. Esta jornada mundial ha sido un sueño, un sueño construido por muchos y realizado por gracia de Dios.

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