Los milagros en familia: “Desde nuestro silencio hay razón y esperanza”

Los milagros en familia: “Desde nuestro silencio hay razón y esperanza”

Por Ricardo Cuellar- Perú

Las sociedades avanzan y todo está en giro, entre ir y venir y finalmente llegar, pero entre este camino, de ida y venida, Ricardo Cuellar profesional, padre de dos hijos profesionales nos detiene por un momento, para respirar, sentir el silencio y percibir la vida en profundidad a través de la experiencia que ha hecho con su hijo Ricardo quien desde temprana edad presentó una discapacidad auditiva. Ricardo comparte para Ciudad Nueva el orgullo, la dedicación, y el temple que son necesarios para convivir con una persona sorda y junto con él, emprender un camino de sueños, fracasos y triunfos.

“Prepárense para tener un hijo ciego, sordo…” 

Mi hijo Ricardo nació hace 26 años un 12 de diciembre, a los 8 meses mi esposa percibió unos dolores diferentes a los del primer parto, así que inmediatamente fuimos al centro más cercano, pero no escuchaban sus latidos, fuimos urgentemente a la Ciudad de “Piura” y después de varias horas transcurridas finalmente escucharon sus latidos dentro del vientre, y nos indicaron que le practicarían una cesárea a mi esposa; sin embargo, mi hijo tuvo que quedarse en el intensivo y surgieron distintas dificultades como la asfixia antes de la cesárea, y la subida de la bilirrubina, así que, le practicaron varios exámenes, cuando salió del hospital los doctores indicaron que seguramente tendría secuelas, que solo con el tiempo se conocerían pero que nos preparáramos para tener un hijo ciego, sordo, inclusive paralítico. 

Efectivamente el tiempo nos mostró que la discapacidad de Ricardo se trataba de la audición, de la cual estamos agradecidos ya que es una discapacidad en la que todos podemos capacitarnos. 

A los dos años nos confirmaron su discapacidad y era necesario llevarlo a un colegio en “Piura” “Nuestra Señora de la Paz” de religiosas terciarias franciscanas con el carisma de atención a personas sordas, cuyo lema de la institución es “desde nuestro silencio hay razón y esperanza”. Y creo que eso siempre movió a Ricardo para saber que hay esperanza en la vida, así que, allí estudió su primaria, por un año, vino y fue todos los días entre Chulucanas nuestro pueblo y Piura, era mi mamá quien nos apoyaba llevándolo, pero el siguiente año necesitaba ir aún más temprano, así que, conversando con toda la familia, decidimos mudarnos a “Piura” para facilitar la movilización y que nuestro hijo pudiera estudiar toda su primaria.

Nosotros con mi esposa trabajamos en Chulucanas, así que, éramos nosotros quienes nos movilizamos de “Piura” la ciudad a “Chulucanas el pueblo. Eso fue un período de catorce años, cuando mi hijo terminó su primaria, después con alegría, regresamos a nuestro pueblo “Chulucanas” así Ricardo podría estudiar ahora su secundaria, en un colegio de la diócesis “Santísima Cruz” donde mi esposa era docente. En este colegio Ricardo logró tener el primer puesto entre 40 oyentes de su salón y el segundo puesto dentro de 80 oyentes de toda la promoción.

El apoyo de la familia es vital 

El apoyo de la familia es importante, a lo largo de estos 26 años de vida que tiene mi hijo Ricardo, ahora es un joven sordo, hipocorístico total desde que nació. Hemos comprobado que el aporte, el soporte y el acompañamiento de la familia es vital. Lo hemos acompañado haciendo sus tareas, se le dificultaban la elaboración de resúmenes, pero a mediados de su carrera el aprendió a hacerlos como corresponde gracias a la ayuda de su mamá.

Todo su entorno se vio comprometido, primero la familia, su mamá, yo su papá, su hermana mayor que fue también a la universidad y que ha sido un gran soporte para Ricardo, también un hijo sobrino, que tengo, vivió con nosotros hasta el año pasado, creo que fue un soporte importantísimo para Ricardo, era su compañero del día a día, tenían una diferencia de tres años, prácticamente crecieron juntos. Para Anthony mi sobrino, fue importante la compañía y para Ricardo mi hijo fue importante en su crecimiento emocional. Luego los tíos fueron un soporte importante, los abuelitos, las abuelitas fueron vital. La compañía, los compañeros de secundaria y de universidad, todos han sido un elemento importante en la vida de Ricardo. 

Un sueño “desde nuestro silencio hay razón y esperanza” 

Cuando Ricardo terminó su secundaria él expresaba el sueño de estudiar una ingeniería, hicimos las averiguaciones respectivas, pero era muy difícil por su situación. Mi trabajo era como coordinador académico de la Universidad católica Sapientiae de la filial de Morropón- Chulucanas y le consulté al decano de la Facultad de salud, en ese tiempo el doctor Luis Solari, si una persona sorda podía estudiar terapia y me dijo que sí, que no había problema, así que como Ricardo era un alumno destacado tenía ingreso libre, se matriculó a la carrera de terapia física y rehabilitación, yo me mudé de trabajo a “Lima” y Ricardo continuó estudiando y terminó su carrera. 

La buena voluntad 

Ninguno de los profesores que tuvo Ricardo era un experto en la discapacidad auditiva y; sin embargo; la buena voluntad de cada uno de ellos y la buena voluntad de Ricardo en interpretar los labios, fueron un motor para avanzar. Estuvo cinco años en la universidad como oyente, y su mundo se desarrolló con los oyentes y se sentía incluido. En la última etapa de su carrera fue a un internado comunitario, establecimiento de terapia física en Piura, viajaba todos los días con otros compañeros y eso le ayudó a desenvolverse y a relacionarse aún más.

Educación la mejor herencia 

Desde siempre hemos recibido consejos y supimos que lo mejor que podíamos hacer por él era invertir en educación antes que una operación, y eso hemos hecho. 

Durante el primer año de la pandemia realizó un trabajo intenso de tesis hasta el año pasado 2022 donde evaluaron su tesis, la cual fue aprobada vía virtual porque esos han sido los medios durante y después de la pandemia. Ahora él es un licenciado, un tecnólogo médico en Terapia Física y Rehabilitación egresado en la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad Católica Sedes Sapientiae, ha hecho todos los pasos para registrar su título, además obtuvo su colegiado como todo profesional en el área de salud, ahora está listo para enfrentar el mundo como siempre lo ha venido haciendo. 

“Equipar su consultorio” 

Esperamos que el próximo año pueda realizar el examen y la evaluación para el Serums y pueda obtener una plaza en el servicio médico rural. En el Perú, casi todas las carreras de salud tienen que hacerlo en una entidad del Estado. En el presente él va buscando a algunos pacientes a través de las redes de amigos, que lo van buscando, va llegando, no como uno espera, pero al menos ahí en casa se le ha hecho un pequeño consultorio de terapia física, para que cuando tenga algún paciente en el barrio, algún familiar, algún amigo que llega por una lesión, una dolencia, él pueda atenderlo. También nos gustaría poder equipar su consultorio, ya que, si no encuentra trabajo, poder equiparlo con más instrumentos de terapia para que él pueda brindar los servicios.

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