Fuente: El Espectador
Desde la década de los años 90, los pobladores de la vereda de Beltrán, en Marsella (Risaralda) han sumado a sus labores diarias, recuperar y enterrar a las víctimas del conflicto que llegan a esa zona, pero su presencia transformó su conexión con el afluente. Además, denuncian que el pescado, la base de su alimentación y sustento, ahora está contaminado.
Con las primeras luces del amanecer, cuando la neblina se eleva sobre el río Cauca, los pescadores de la vereda Beltrán en Marsella, Risaralda, inician su jornada. Preparan sus redes, toman el café humeante que sus esposas han preparado con esmero y se embarcan en sus lanchas con la esperanza de que el río les brinde sustento. (…)
Las aguas —antes claras y relucientes— empezaron a tomar un tono turbio como un mal presagio. Albán Gutiérrez, veterano pescador de Beltrán, recuerda el día en el que se encontró las huellas de COLOMBIA Soluciones para las víctimas de la violencia Pastoral Social Cáritas Esmeraldas está presente a través del hospital de campaña, una iniciativa del Papa Francisco que propone a la iglesia dar acogida, cercanía, compasión, hospitalidad y solidaridad a las personas que han sufrido violencia. ECUADOR la guerra bajando por el río. Arriba de su embarcación apenas veía una figura que flotaba. No era un día común de pesca; lo que se avecinaba era una oleada de tragedia. “Ese primer encuentro nunca se me va a olvidar: el olor a muerte y el color espantoso de la piel de aquel hombre”, relata mientras rememora el día en que se transformó para siempre su relación y conexión con el río Cauca. Y agrega: “Era un hombre moreno, que se había vuelto pálido por el agua y la falta de vida”, describe con voz apagada. “Medía aproximadamente 1,70 metros, en tierra pasaría sin duda desapercibido, pero se había convertido en una de las víctimas de la violencia y del río”. (…)
Por Juan José Morales Ospina https://www.elespectador.com/
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