El diálogo, aprender a convivir con grandeza

El diálogo, aprender a convivir con grandeza

#Ética

Si tuviéramos que inventar un logo que definiera la identidad de la filosofía griega clásica, sin duda ese logo debería tener la palabra “logos” porque logos, es como la palabra más profunda, la que más identifica a toda la filosofía clásica, logos quiere decir razón, estudio, pero también quiere decir palabra, para los griegos la palabra era fundamental en su cultura ellos eran profundamente conscientes del poder que tiene la palabra.

Gorgias un gran sofista por ejemplo dice: 

“La palabra es un poderoso soberano, que con un cuerpo pequeñísimo y completamente invisible lleva a cabo obras sumamente divinas, puede por ejemplo acabar con el miedo, desterrar la aflicción, producir la alegría o intensificar la compasión” 

Dice que la palabra es al alma como un fármaco al cuerpo, así como un fármaco te puede curar de una enfermedad; pero también te puede matar, así una palabra te puede ayudar a curar el alma, pero también puede producir la muerte del alma.

Sócrates era un apasionado de la palabra y en particular de dialogar a Sócrates le encantaba dialogar con los demás. Los sofistas cobraban por enseñar, él estaba dispuesto a pagarle a alguien para que dialogara con él, pero no era charlar sobre cualquier cosa, para Sócrates un diálogo era una ocasión para buscar juntos la verdad. Empezaba su práctica por excelencia llamada “mayéutica”, es el nombre que tenían los griegos para el arte de ayudar a parir a una mujer, o sea, el arte de las parteras de ayudar en los partos. Sócrates decía que, así como las parteras ayudaban a los cuerpos de las mujeres a parir el ayudaba a las almas a parir las verdades, la idea para Sócrates es que, en un diálogo no es que uno mete una verdad que tiene en su cabeza en el otro, sino que lo ayuda a sacar las verdades que tiene en su interior. 

“Dialogar es ayudarnos mutuamente a sacar las verdades que tenemos adentro.”

Dice Sócrates los que tienen trato conmigo, aunque algunos parecen muy ignorantes al principio en cuanto avanza nuestra relación todos hacen admirables progresos si el Dios se los concede, como ellos mismos y cualquier otra persona puede ver, es evidente que no aprenden nunca nada de mí, pues son ellos por sí mismos los que descubren y engendran bellos pensamientos, el diálogo entonces para Sócrates es ayudarnos mutuamente a sacar las verdades que tenemos adentro. Sócrates charlaba mucho pero no escribió absolutamente nada, de hecho, su discípulo Platón es el que escribe los diálogos de Sócrates y decía Platón que, 

“sobre las cosas más importantes, sobre las que realmente importan, esas no hay que escribirlas en papel sino escribirlas directamente en el alma de las personas y escribir en el alma de las personas eso se hace a través de un diálogo.” 

Tratemos entonces de dialogar con los demás de conversar con esta idea socrática de ayudarnos mutuamente a sacar las verdades que tenemos en el interior porque eso es escribir en el alma de los demás. 

Por Christián Carman, Doctor en Filosofía.

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