Por Jorge Iturralde – Ecuador
En la palabra de vida de «Ámense unos a otros con amor fraterno; honren a los demás más que a ustedes mismos» (Rm 12, 10). Se nos solicita dar una amor gratuito e ilimitado, poner en práctica el philostorgos, es decir, el amor entre amigos y el amor familiar.
Estando en casa, observé que uno de nuestros miembros de la familia escribió en el chat preguntando, si alguien podía dedicar unos días para acompañar unos chicos a otra ciudad, pensando en “Ámense unos a otros con amor fraterno; honren a los demás más que a ustedes mismos” (Rm 12, 10), enseguida me ofrecí, sin considerar las cosas que tenía que hacer. Al final no fue necesario ir, pero este ofrecimiento facilitó las cosas para que los padres de familia se animaran y los acompañaran, todo salió súper bien.
Por la noche, un amigo me pide urgentemente una medicina para su esposa, era ya tarde y no sabíamos si encontraríamos una farmacia abierta, su casa está al otro lado de la ciudad, sin dudarlo, le dijimos que sí, que la conseguiríamos y la llevaríamos. Estábamos en una reunión y una de las personas que estaba con nosotros en ese momento, nos ofrece parte del dinero para comprar esa medicina que mi amigo estaba necesitando, y el resto lo pusimos nosotros. Encontramos la farmacia abierta, compramos la medicina y se la llevamos a su casa. Mi amigo se puso feliz al vernos llegar y al mismo tiempo tranquilo porque tenía la medicina para dos meses.
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