Una vida entre tribus y jóvenes 

Una vida entre tribus y jóvenes 

… ¡Amazonía de mi alma, mística y rebelde! contemplo tus tesoros, oh río caudaloso. gigante entre gigantes, de Los Andes al Charco veo en tu torrente un mundo misterioso selva de mi alma, de indígenas poblados observo tus colores vivos de esperanza todas tus bellezas, se propagan en tu rumbo, serpierte fluvial, de ritos y danza… Julio Corvalán

Cuando reconocemos la grandeza de la diversidad, somos capaces de ver más allá, este es el testimonio de Alirio Perdomo Fajardo, promotor y centinela de la juventud, quien con una experiencia de 30 años viviendo en la mística y rebelde Amazonía, abre sus puertas para Ciudad Nueva Interamericana compartiendo su vivir por las Amazonas.

P- ¿Alirio desde qué año estás en la Amazonía y qué lugares has conocido? 

R- Estoy desde finales de los años 80, en los 90 hubo una crisis enorme, por eso me desplacé hacia el macizo colombiano, fue una experiencia interesante y he estado allí por 30 años, he conocido 26 tribus. Me fui del territorio amazónico al andino, de la parte baja a la alta, incluso vivía cerca de un páramo, también trabajé allí, conocí los nacimientos del río Caquetá, el río es muy pequeño, caudaloso, frío, a comparación del que se encuentra en la parte baja entre 200 y 300 metros de ancho, con una profundidad enorme, así que me di ese lujo de conocer el río, también conocí otras culturas, indígenas que ya perdieron su propia cultura, porque viven más en la nuestra, trabajé por una temporada y luego al salir inicié a trabajar con los adultos, jóvenes, niños, pero me he enfocado más en los jóvenes. Me preocupa muchísimo porque cada día hay más dificultades para los jóvenes en sostenerse como personas, ¿me entiendes?

P-Te entiendo, si pudieras desglosar un poco más esta preocupación hacia la juventud y cuál es tu función para estas generaciones 

R- Demasiado vicio cada día, más dificultades, me preocupa porque todo esto parte de la vida interior, por falta de orientación, cuando éramos jóvenes nos metíamos donde se nos antojaba, sin saber las consecuencias, por eso a través del folclore y por parte de las parroquias he ido identificando estas situaciones, por eso no he dudado en ayudar a los jóvenes, orientándolos, no del todo porque algunas cosas ya están aprendidas pero al menos que no les falte lo que a nosotros nos hizo falta, una buena orientación, lo mío en realidad es integrar, la parte espiritual con la parte social, recordarles el respeto a los ancianos, algunos piensan que nuestros ancianos ya no sirven para nada solo son un estorbo, pero trato de concientizarlos mostrándoles que todo lo que tenemos es gracias a Dios y al trabajo que nuestros ancianos han hecho.

P- ¿Has consolidado un grupo juvenil, cómo se llama y qué hacen? 

R- Teniendo como base a los focolares se formó un grupo juvenil común donde participan entre 15 y 20 jóvenes, se llama “Dios y montaña” no solo porque vivimos en la montaña, sino por el tipo de formación que reciben, nuestra metodología son los campamentos, para ser realistas de cómo formábamos nuestros grupos en la juventud en los 90 son totalmente diversos a la realidad actual, hay mucha diferencia ideológica, por esta razón no podemos trabajar de la misma forma la espiritualidad. En Pandemia por ejemplo hicimos 10 campamentos, se les enseña a prender fuego, a cocinar, trabajar en grupo, recolectar leña, ir a traer agua, les compartimos de lo que nosotros mismos tenemos y ellos comparten lo que tienen, mi meta es que los jóvenes sean personas de bien, sabiendo bien los oficios que son indispensables para la vida. En la parte social, estamos visitando a los ancianos, a los pobres aportando lo que nosotros tenemos. Mi liderazgo es siempre abierto, lo que significa no son solamente mis ideas sino con ideas de los jóvenes, que pueden ser mejores que las mías. Yo simplemente hago como una inducción. Es como una lluvia de ideas y así nos ha ido bien en los campamentos, gracias a Dios, no hemos tenido problemas, a pesar de las dificultades, no hemos tenido accidentes, nada de eso.

P- Actualmente estamos sufriendo los malos cuidados que hemos tenido con nuestra casa común, ¿Qué hacen ustedes para proteger la ecología? 

R- Nosotros estamos en una vereda llamada “Bernarda” pero cuando hacemos nuestros campamentos hemos ido a otros lugares, en la misma montaña, hay un lugar al que le pusimos el nombre de “El roblado”, porque hay muchos árboles de robles, así que siempre que llegamos dejamos limpio todo el territorio, el fuego apagado, sin duda les expresamos los cuidados que debemos tener con lo poco que aún nos queda. 

P- Por lo que cuentas, he visto que no solo estás en un lugar sino haces grupos en varios lugares, ¿Cómo haces para atraer a los jóvenes? 

R- Nosotros estamos enseñados a que si llegas a un territorio acudimos al sacerdote, yo le presento todo mi trabajo y le solicito permiso para poder trabajar con los niños o jóvenes, en algunas ocasiones me dan el visto bueno y pues lógicamente ahí inicio el grupo, pero si la respuesta es negativa indicándome que ese tipo de cosas no funciona en el lugar o bien solo trabajamos los locales, voy adelante en mi territorio, ahí me paso de listo y no acudo al sacerdote porque imagina, es nuestro territorio, yo me doy ese lujo, podría decir que es una especie de iniciativa, porque quienes están dentro del grupo son hijos de mis compadres, mis familiares, así que ahí no sigo ningún protocolo y gracias a Dios nos está yendo bien, estamos creciendo.

P- ¿Qué eventos o acontecimientos consideran que fortifican su trabajo con los jóvenes? 

R- Las mariápolis1, aquí ellos encuentran un ambiente diferente al común, un ambiente sabroso, de acogida, pareciera que en las mariápolis todos se conocen y para mi es siempre un recomenzar, porque me he distanciado mucho de la Obra2, pero las mariápolis me hacen recordar que siempre se puede volver a empezar algo así como coger la puntilla de la cuerda y seguir caminando.

P- Además de tu pasión por los jóvenes ¿Qué otra actividad realizas? 

R- Trabajo con una colega Rosa Inés Floriano, trabajamos juntos en un programa que tenemos sobre tierra y agua, lo que buscamos a través de ese programa es que representantes de distintos grupos puedan participar así generar una mentalidad de una distribución más equitativa de la tierra, me permitieron ser parte de la directiva del municipio, además me han permitido hacer encuentros a nivel municipal y eso fue chévere porque vuelvo a lo mismo, me acogieron, soy nuevo y necesito informarme para conocer mejor al respecto. 

P- ¿En todo este tiempo de experiencias en la Amazonía con las tribus, qué has aprendido de ellas? 

R- La medicina ancestral, aunque en pequeña escala, porque el conocimiento es demasiado vasto, pero ya comienzo a ejercer un poquito de eso, también el compartir la palabra con los indígenas, la culinaria, con productos amazónicos, por cierto, una alimentación muy sana, muy única en la Amazonía. En cuanto a la relación con las personas he aprendido a convivir con ellos, que es una cuestión difícil porque somos una cultura totalmente diferente, realmente se debe a mirar a Jesús en la otra persona, con su diversidad cultural enorme; pero algo en lo que hago énfasis, es aprender a respetar al otro como tal, con su cultura y sus cosas raras, decimos comúnmente, en realidad es hacerme uno con el otro que es lo que he aprendido del ideal3, eso permite que pueda acercarme al otro también, y el otro también se acerque a mí, incluso muchas veces me han dicho los mismos ancianos, usted es blanco por fuera, pero es indio por dentro. Por lo cual, lo aceptamos normalmente en en nuestras comunidades. Por eso me doy el lujo de andar en las 26 tribus sin ningún inconveniente. 

P- ¿Qué es el ideal para ti? 

El ideal, yo diría que son muchas cosas al mismo tiempo, es la entrega hacia los demás, es sacrificarse por los demás, es amar al otro, tal como es, que es lo más difícil, porque hay alguien que el 50%, como decimos aquí, le cae muy bien, sí, pero el otro 50%, no muy bien, qué difícil es sacrificarse, aunque a mí esa cuestión no me es tan difícil, porque como no tengo apego a las cosas comunes, entonces me es más fácil, pero hay que saber entenderlo de todas maneras, es amar en todas sus dimensiones como: el donar tiempo, donar o compartir lo que ya se ha aprendido, se trata de poner en práctica todo esto aquí y ahora.

Entrevista realizada por la Redacción 

1. Mariápolis: Es la cita más característica del Movimiento de los Focolares. Juntos, grandes y pequeños, y personas de los más variados orígenes, se reúnen durante unos días para dar vida a un laboratorio de fraternidad, a la luz de los valores universales del Evangelio. 

2. Obra: El Movimiento de los Focolares u Obra de María es un movimiento eclesial dentro de la Iglesia católica, fundado por Chiara Lubich en Trento durante el periodo de posguerra. 

3. Ideal: otro nombre para hacer referencia al Movimiento de los Focolares.

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