Con la celebración del Pentecostés, monseñor Jesús González de Zárate, arzobispo de Cumaná y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, ha recordado – en entrevista con el equipo de prensa del Episcopado – que esta festividad “nos recuerda que la unidad es siempre posible”.
“El mensaje de renovación de Pentecostés está muy vinculado con el de la esperanza. Como cristiano creo que, en lo más profundo del corazón de cada persona está presente el deseo y la expectativa del bien, de la justicia, de la verdad”, explicó.
Toda vez que ha reflexionado sobre el significado de este día y su proyección en la vida de la Iglesia y la sociedad venezolanas: “En el caso concreto de Venezuela, para que la unidad sea posible debemos evitar que impere la dinámica de los bandos excluyentes”.
Ha insistido en salir de las dinámicas polarizantes, marcadas por una lógica “de encerramos en nuestros planteamientos y posiciones, considerándolas mejores que los demás, olvidándonos que los demás pueden tener posiciones válidas”.
Por eso, pide al Espíritu Santo en esta festividad de Pentecostés “nos conceda a los venezolanos la capacidad de trabajar por el reconocimiento mutuo, el respeto, la tolerancia; de trabajar por el bien común de Venezuela”.
Está seguro que a pesar de las adversidades “en la mente y el corazón de la inmensa mayoría de los venezolanos existe la esperanza que el futuro de nuestro país será mejor”.
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Sin rencores ni venganzas
Cuando este 28 de julio de 2024 se han convocado a comicios presidenciales, en un clima de incertidumbre y ventajismos por parte del chavismo en el poder, para el prelado “las próximas elecciones son una magnífica oportunidad para crecer en el compromiso y participación de la ciudadanía en la construcción de un país mejor”.
Por supuesto, está claro de que para lograr este cometido “se debe garantizar la adecuada aplicación de los principios y mecanismos democráticos consagrados en la Constitución y las leyes”.
“Soy consciente [de] que la injusticia, la mentira, la violencia, la conculcación de los derechos dejan dolorosas heridas entre nosotros”, sin embargo, hace votos por la reconciliación y prdón entre todos los venezolanos para que “nos ayude a construir un mejor futuro, de forma que podamos vivir de una manera diferente, sin rencor, sin ira ni venganza”.
Deseo de cambio
Lo cierto, asegura monseñor González, es que hay “un deseo y el compromiso de cambio que se va extendiendo en la mayoría de la población”. Así se manifiesta la esperanza que ha estado sumido en medio de una crisis social, política y económica sin precedentes.
Para el arzobispo de Cumana el cambio debe construirse “en un clima de inclusión, tolerancia, igualdad de oportunidades y respeto de todos, superando la tentación de imposición o control de unos pocos sobre las grandes mayorías”.
“Los venezolanos necesitamos recuperar la alegría de vivir y la paz social, por lo que no debemos conformarnos con sobrevivir o subsistir amoldándonos a la situación presente”, apuntó.
Por ende, Venezuela requiere de instituciones y políticas públicas que puedan garantizar la gobernabilidad y sean capaces de “brindar signos de esperanza a los hogares empobrecidos, a los enfermos, a los privados de libertad en razón de sus posiciones políticas, a los millones de migrantes venezolanos dispersos por todo el mundo”.