Europa y Latinoamérica por la biodiversidad: pequeños pasos

DW / Mirra Banchón

De la cumbre sobre la biodiversidad en Cali, especialistas resaltan la inclusión de los pueblos indígenas, la consolidación de algunos proyectos birregionales y los esfuerzos por la deforestación.

En la conferencia sobre la biodiversidad, la COP16 de Cali, «los programas entre la Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe se han visto consolidados y son el frontispicio de la cooperación entre ambas regiones”, dice a DW César Luena, eurodiputado que presidió la delegación del Parlamento Europeo a la conferencia en Colombia.

Avizorando la protección del 30 por ciento de la biodiversidad del planeta hasta el 2030, el político español resalta dos grandes logros de esta cumbre internacional: «el reconocimiento del papel protagónico de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la conservación y en la restauración de los bienes naturales. También la creación de un fondo mundial (Fondon de Cali) que garantizaría el reparto de los beneficios obtenidos por uso sostenible de la  biodiversidad”, explica Luena. 

Por otro lado, «las instituciones que implementamos las políticas de cooperación de la UE hemos presentado en Cali iniciativas muy concretas de cuidado de la diversidad biológica que, aunque en un nivel más micro, contribuirán al avance de los objetivos globales de preservación de la biodiversidad”, dijo a DW Almudena Barrio, coordinadora de Euroclima, el programa insignia de la Unión Europea para impulsar políticas climáticas en América Latina y el Caribe. Este programa está gestionado por la FIIAPP (Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas).

Grandes tareas, pequeños pasos

¿De qué se trata? Por ejemplo, de la presentación del estudio «La destrucción silenciosa: los impactos ambientales de la producción y el tráfico de drogas de uso ilícito en América Latina y el Caribe». Dicho estudio se hace eco de datos de UNODC, que afirman que en 2022, en Colombia, 208 de los 710 resguardos indígenas tenían cultivos de arbusto de coca, lo que equivale a un aumento interanual del 18 por ciento. El cultivo de coca es causante del 42 por ciento de la nueva deforestación.

Por otro lado, las áreas ocupadas por poblaciones indígenas representan el 35 por ciento del área forestal biodiversa de América Latina. El estudio, elaborado en el marco del proyecto europeo COPOLAD, plantea alternativas para compensar los impactos ambientales.

En ese contexto, desde la FIIAPP se destaca como un logro la reactivación de la Red Iberoamericana de Directores y Directoras de Biodiversidad, «un órgano que servirá para coordinar y alinear las políticas públicas de la región iberoamericana gracias al intercambio de experiencias, aciertos y errores”

¿Qué experiencias se podrían intercambiar? «Por ejemplo uno de los tres marcos legislativos que llevamos a la COP16: el reglamento de restauración de la naturaleza”, responde César Luena. «Éste puede servir de modelo de referencia de cómo pueden aplicarse normas de restauración en varios países a la vez”, sigue el político español. 

Por otra parte, la FIAPP se encuentra implementando el programa Amazonía+. Este «contribuye a la lucha contra la degradación, la deforestación y los incendios forestales en la cuenca amazónica en el marco de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica”, explica Almudena Barrio.

Un gran reglamento pospuesto

«Nuestro reglamento para prohibir productos causantes de deforestación es otro instrumento que llevamos a la COP16”, puntualiza Luena. Se trata de productos específicos -ganado, cacao, café, aceite de palma, soja, madera y caucho- que deben certificar que no han causado deforestación a partir del 30 de diciembre del 2020.

Así, con el  fin de que los países de América Latina se adapten a las nuevas normas, «el programa AL-INVEST Verde trabaja con pequeñas empresas e instituciones públicas de la región para mejorar el valor de los productos y preservar los ecosistemas”, añade Almudena Barrio. No obstante, a pesar de que el tiempo apremia, la presión en su contra a ambos lados del océano ha ganado, y la entrada en vigor del reglamento muy posiblemente se postergará por un año, aclara.

Aunque Luena considera un error postergar el reglamento anti deforestación, «si las condiciones técnicas no están dadas, no se podrá aplicar” agrega. Pone énfasis en que, por lo pronto, se trata solamente de un aplazamiento.

Si hasta ese momento se hubiera firmado el Acuerdo con los países del Mercosur, la implementación del reglamento pondría freno a uno de los mayores impedimentos que encuentra ese tratado con el gigante sudamericano: que fomente la deforestación y la pérdida de biodiversidad.

Como fuere, «las iniciativas impulsadas por la Unión Europea en tema biodiversidad son muy amplias y abarcan los más diversos aspectos”, resume Almudena Barrios. Así, los proyectos presentados van de la mano con la creación de redes para perseguir delitos medioambientalesy tráfico de especies. También con la colaboración con autoridades amazónicas para el uso sostenible del bioma.

«Son iniciativas que vienen marcadas por la colaboración entre distintas instituciones y países. Es un problema global: la pérdida de biodiversidad que debe ser abordada de la manera más unitaria posible”, concluye.

(cp)

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