Todos con la mochila cargada de Espiritualidad y formación humana, llegamos al focolar (1) para empezar nuestra Escuela de Familias Nuevas (2).
Quisimos que quedara sellada con la Eucaristía, entonces nos dimos cita en la Parroquia San Juan Bosco, cercana del focolar, a las 7.45 de la mañana, a modo de recordar que tenemos un solo maestro: Jesús, convencidos de que es el único que forma nuestras familias.
Maravilloso fue volver al focolar y preparar todos el desayuno, los chicos y los jóvenes nos preparaban las carpas y las mesas, los adultos batían los huevos para comer huevos revueltos con amor, sándwich, tomar un rico café, porque hacía frío, pero ganaba solo el amor, era una competencia de amor donde el triunfo fue de todos, porque era una cocina repleta de servido res, así que imagínense qué comimos, una exquisita ensalada de frutas, unos huevos revueltos mezclados con el gusto de la generosidad, ¡que desayuno!



Claro que el ingrediente más especial, aquel que le dio gusto a todo fue el amor, ¡una receta espectacular! Pero un desayuno más que continental, era “mundial” porque era el amor de todos que nos alimentaba.
Hicimos tres mesas, tipo tiendas, una para los chicos, otra para los adolescentes y jóvenes y una tercera para los adultos, siendo sinceros, era una sola mesa porque el amor iba y venía por las tres mesas.
Los chicos pintaron sus hermosos cuadros y con sus juegos y dinámicas aprendían a amar y así pudieron disfrutar la mañana que se les hizo muy corta. Los adolescentes y jóvenes disfrutaban del parque vecino al focolar para distraerse jugando un rato de básquet y construir así lazos de amistad y unidad. Y qué decir de los “grandes” que compartieron sus experiencias de pareja y de familia, y no faltó quien nos compartiera sus sueños y sus anhelos, también sus desafíos en un mundo que nos quiere acorralar con sus modernidades.
Estaba quien nos expresaba su deseo de crecer juntos y fortalecer las relaciones.
Tenemos que decir que hoy ha sido un gran día, un día maravilloso, porque fue la inauguración de nuestra Escuela de Espiritualidad y de formación humana que continuaremos cada tercer domingo del mes, y podremos estar con nuestros hijos porque será el día de la familia.
Por Francisco Arismendi – Ecuador