El llamado prioritario del Papa Francisco en la Laudato Si: “La opción preferencial por los pobres”

El llamado prioritario del Papa Francisco en la Laudato Si: “La opción preferencial por los pobres”

Por Carlos Ignacio Agudelo Betancur – Colombia

Por supuesto es urgente acelerar la transición energética, la reconversión industrial y la de los sistemas de transporte adoptando modelos sustentables, el reordenamiento territorial, la adopción de modos de vida sobrios y sostenibles, entre otras muchas acciones, pero, sin olvidar que la prioridad está en atender con diligencia las necesidades urgentes de los más vulnerables. 

Hacemos un vehemente llamado a las autoridades, y también a las comunidades, para que cuidemos de los vecinos, especialmente los más vulnerables, que sufren las contingencias de las afectaciones climáticas.

Cuando se advierte que viene una gran tormenta se toman medidas especiales de precaución, se busca un lugar seguro, se procura proteger en especial las personas más vulnerables. Se podría escribir la historia de la humanidad en términos de cómo hemos aprendido a afrontar los cambios del clima. 

Nuestro maravilloso planeta Tierra que hemos paragonado con el paraíso terrestre, igualmente posee unas fuerzas colosales, que en ocasiones pueden ser muy destructivas. En Colombia, recordamos tragedias como la de Armero, Mocoa, la que afectó la isla de Providencia y más recientemente, la del municipio de Quetame. Recuerdo que, en una reciente época invernal, un alcalde en una entrevista decía algo así: sabíamos que de las quebradas que pasan por nuestro municipio, alguna causaría una tragedia como la que estamos viviendo; queda la pregunta, si se sabía ¿qué se hizo para prevenir que sucediera esa desgracia que produjo pérdidas lamentables?

Cuando ocurren las tragedias, se ha vuelto común que se hablé genéricamente que fue debido “al cambio climático”, lo cual suena como una disculpa que no tiene una solución cercana. No nos podemos quedar en el discurso sino avanzar decididamente en la prevención y el cuidado de todas las vulnerabilidades con las que convivimos, desplegando soluciones efectivas y duraderas, para conseguir condiciones de vida dignas y seguras para todas las personas, comenzando por las más vulnerables. 

En Colombia existe la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres -UNGRD- que tiene como misión dirigir, orientar y coordinar la Gestión del Riesgo de Desastres. Su trabajo es muy visible cuando se producen los desastres; sería muy bueno evidenciar también su gestión proactiva para prevenirlos.

Cuidarnos unos a otros, comenzando por los más vulnerables, cuidar nuestra casa común, fue el preciso llamado que el Papa Francisco hizo en su carta encíclica Laudato Sì, como titula en el numeral 13 con “Mi llamado”:

«Deseo reconocer, alentar y dar las gracias a todos los que, en los más variados sectores de la actividad humana, están trabajando para garantizar la protección de la casa que compartimos. Merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para resolver las consecuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas de los más pobres del mundo».

Llamado que recalca en el numeral 158:

«En las condiciones actuales de la sociedad mundial, donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos básicos, el principio del bien común se convierte inmediatamente, como lógica e ineludible consecuencia, en un llamado a la solidaridad y en una opción preferencial por los más pobres».

En el numeral 139 el Papa Francisco denuncia que: «no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental», y en el 25, que «el cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad», y además, que «los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo», en los más pobres y vulnerables.

Las migraciones han sido también parte de la historia de la humanidad; muchas de ellas se han producido por un nomadismo, que aún se practica en algunos pueblos que buscan el agua, los pastizales o mejores condiciones de subsistencia de acuerdo con las estaciones climáticas, siendo una condición de vida muy dura. Además de las migraciones geopolíticas, también se evidencian las derivadas del extremismo del clima y muchos dicen que vendrán las derivadas por la falta de agua potable. Y no sólo migrarán las personas sino también los cultivos, buscando franjas cultivables con condiciones más favorables la mayor parte del año. 

En los países y ciudades, se vienen apropiando presupuestos importantes para la “atención” al “cambio climático”, que coloco entre comillas, invitando a que estos no se queden en simple retórica, sino que apunten de forma efectiva a mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables, quienes en mayor proporción sufren en primera línea la falta de agua potable, de las adecuadas canalizaciones de las aguas que los circundan, que sufren por la inestabilidad de los terrenos donde viven, entre otras fragilidades. 

En el artículo 38 del Plan Nacional de Desarrollo 2022-26 de Colombia, se planteó la “Estrategia nacional de coordinación para la adaptación al cambio climático”; esperamos que en este verano, además de atender diligentemente sus propias contingencias, también sea el momento para prepararse para los futuros inviernos, que igual que los veranos, serán más intensos, lo que constituye un desafío que es necesario atender dándole prioridad a las soluciones requeridas prioritariamente para las personas más vulnerables.

Concluyo con la oración con la que el Papa Francisco termina su carta encíclica Laudato Sì:

Dios de amor, 
muéstranos nuestro lugar en este mundo 
como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra, 
porque ninguno de ellos está olvidado ante ti. 
Ilumina a los dueños del poder y del dinero 
para que se guarden del pecado de la indiferencia,
 amen el bien común, promuevan a los débiles, 
y cuiden este mundo que habitamos. 
Los pobres y la tierra están clamando: 
Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz, 
para proteger toda vida, 
para preparar un futuro mejor, 
para que venga tu Reino de justicia, de paz, de amor y de hermosura. 
Alabado seas. Amén.
El llamado prioritario del Papa Francisco en la Laudato Si: “La opción preferencial por los pobres”

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