El florecimiento del Ideal en el Perú

Anna Sorlini y Lía Brunet, portadoras de la espiritualidad de los Focolares en el Perú.
En este espacio publicaremos anécdotas y breves relatos sobre la Obra de María en el Perú, recogidas en parte en el suplemento especial de la historia del Ideal en el Perú, publicado por Ciudad Nueva Interamericana.  

Perú, personas cultivadas en la fé y fértiles para la espiritualidad de los Focolares

En Octubre de 1966 pasa la primera brisa de la espiritualidad de los Focolares por las tierras peruanas y en la que se esparcen las primeras semillas del Ideal. 

Lía Brunet, una de las primeras compañeras de Chiara Lubich, y Anna Sorlini, llegaron por primera vez a Lima, en un paso fugaz como “portadoras del carisma de la Unidad”, como lo describe Lía en su libro “Tejiendo una Red”. 

“(…) Como hubo un movimiento sísmico, se ven muchos escombros. Incluso las paredes del colegio que nos hospeda están recorridas por profundas grietas y delante de la iglesia yace hecha pedazos la enorme cruz de piedra que se erguía en la fachada. Bastaron pocos segundos para sembrar todo de ruinas. El pueblo donde se ubicó el epicentro, a pocos kilómetros de la capital, está destruido casi por completo.”

Lía se refiere a la tragedia del 17 de octubre de 1966, cuando a las 9:41 p.m., un fuerte sismo remeció la región central del Perú, ocasionando 100 víctimas mortales. La máxima severidad de sacudimiento se reportó en la ciudad de Huacho.

Lía se refiere a la tragedia del 17 de octubre de 1966, cuando a las 9:41 p.m., un fuerte sismo remeció la región central del Perú, ocasionando 100 víctimas mortales. La máxima severidad de sacudimiento se reportó en la ciudad de Huacho.

Paso a paso, con la ayuda de personas que conocían el Ideal en la Nunciatura y en la embajada francesa, estas chicas comienzan a encontrarse con distintos grupos de asociaciones, colegios, universidades, y conventos, para dar a conocerlo en estas tierras. 

Continúa el relato de Lía: 

“Al concluir con todas estas reuniones, dos jóvenes nos acompañan a conocer el patrimonio que ha quedado de Santa Rosa, venerada en toda América. En el jardín de su casa señorial está la pequeña celda que ella misma se había construido para vivir en soledad y oración, donde el Niño Jesús la visitaba y la instruía, y desde la cual milagrosamente asistía a todas las misas que se celebraban en la ciudad. En el mismo jardín, en el pozo llamado del “Pedido” –porque allí Rosa tiró la llave del cilicio para no sacárselo nunca más– muchos dejan caer los pedidos de gracias, seguros de obtenerlas por intercesión de la santa.”

Estas dos chicas dejaron caer su “Pedido en el pozo”: ¡el focolar femenino en Lima! Intención que reforzaron rezando ante los restos de la misma Santa Rosa, San Martín de Porres, y San Juan Macías. 

Estaban fascinadas por la historia de sus santos, de su arquitectura y de su gente. Prosigue Lía en su relato:

“ (…) El esplendor colonial de Lima me fascina con sus imponentes arquitecturas. Por cierto no he venido a esta ciudad a conocer sus obras de arte, pero frente a ciertas obras barrocas instintivamente me detengo impresionada por la belleza, quizás porque –como dice Chiara – “el artista, junto con el santo, es el que está más cerca de Dios”.

Pero con la misma intensidad les atraía la atención los dolorosos contrastes sociales que veían en este escenario golpeado por la naturaleza y la pobreza:  

“Pero si no me resultan indiferentes las obras de arte, menos todavía los dolorosísimos contrastes, también en este país, entre muchos miserables que colman las “barriadas” y muy pocos ricos. Si esta gente que vive con tanta entereza sus convicciones religiosas –como pudimos constatar en estos días– sabe abrirse con coraje y radicalidad a los signos de los tiempos, seguramente verá un mundo más humano (…)”.

El cuidado a estas semillas de Ideal maduraron a los 6 años en un grupo de jovencitas arequipeñas que hicieron lo posible para que  en 1989, se cumpliera el “Pedido” hecho 23 años antes a Santa Rosa, la llegada del primer focolar femenino a Lima.

Leave a Reply

Your email address will not be published.