El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio 

El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio 

Por Luis Modino Periodista y misionero

Una Carta de hombres y mujeres sentados en la misma mesa en virtud de su bautismo, para discutir y votar como Asamblea Sinodal.

Una experiencia sin precedentes 

Por primera vez, por invitación del Papa Francisco, hombres y mujeres han sido invitados, en virtud de su bautismo, a sentarse en la misma mesa para formar parte no solo de las discusiones, sino también de las votaciones de esta Asamblea del Sínodo de los Obispos. Juntos, en la complementariedad de nuestras vocaciones, de nuestros carismas y de nuestros ministerios, hemos escuchado intensamente la Palabra de Dios y la experiencia de los demás.

Recordando el “largo proceso de escucha y discernimiento, abierto a todo el pueblo de Dios”, vivido durante dos años, el escrito destaca la importancia de lo vivido desde el 30 de septiembre, día en que tuvo lugar la oración Together y los miembros de la Asamblea se fueron para el retiro de tres días. De este camino juntos se resalta la escucha de “la Palabra de Dios y la experiencia de los demás”, a través del método de la conversación en el Espíritu, con el que “hemos compartido con humildad las riquezas y las pobrezas de nuestras comunidades en todos los continentes, tratando de discernir lo que el Espíritu Santo quiere decir a la Iglesia hoy”. Se relata la importancia de la presencia de otras Iglesias, en una asamblea llevada a cabo en un mundo en crisis, con guerras en países de los que proceden algunos de los miembros del Sínodo.

“…hemos compartido con humildad las riquezas y las pobrezas de nuestras comunidades en todos los continentes…”

El miércoles, 25 de octubre, fue publicada la Carta de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos al Pueblo de Dios que fue aprobada Compartimos el texto integral de la “Carta al Pueblo de Dios” aprobada con 348 miembros presentes, 336 votos a favor y solo 12 en contra.

Escucha respetuosa El texto relata la oración por las víctimas de la violencia homicida, por los migrantes, mostrando solidaridad y compromiso con quienes “actúan como artesanos de justicia y de paz”. Se destaca la importancia del silencio, siguiendo la invitación del Santo Padre, “para favorecer entre nosotros la escucha respetuosa y el deseo de comunión en el Espíritu”. Igualmente lo vivido en la vigilia ecuménica de apertura, buscando la unidad en torno a la Cruz, encomendando “nuestra Casa común, donde resuenan, cada vez con mayor urgencia, el clamor de la tierra y el clamor de los pobres”.

Una Asamblea Sinodal que ha llamado “a la conversión pastoral y misionera”, en una Iglesia de la que las personas sin hogar dicen esperar Amor, que “debe seguir siendo siempre el corazón ardiente de la Iglesia, amor trinitario y eucarístico”. Algo a ser realizado desde la confianza, recordando las exhortaciones publicadas durante la Asamblea Sinodal.

“para favorecer entre nosotros la escucha respetuosa y el deseo de comunión en el Espíritu”

Una escucha que se debe extender al laicado: catequistas, niños, ancianos, familias. Una Iglesia llamada a “acoger las voces de aquellos que desean ser involucrados en ministerios laicales o en organismos participativos de discernimiento y de decisión”. 

Una escucha en la que no pueden faltar los ministros ordenados y la vida consagrada, e incluso aquellos que no comparten la fe, pero que buscan la verdad. Recordando las palabras del Papa Francisco en las que recuerda que “el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”, la carta anima no tener miedo de responder a esta llamada.

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