Desde el taller de rosarios (Cuba)

Desde el taller de rosarios (Cuba)

#Economía de Comunión #Comunidad #Experiencia

La pequeña fábrica de rosarios en Cienfuegos llegó a dar trabajo a 8 familias. Cada familia gana dependiendo de la producción que alcanza. Reciben el material y tienen que construir el rosario completo o la decena. Por cada rosario construido recibe un porcentaje.

Tres hechos importantes:

1. Una joven, que tiene cáncer en el cerebro, no pudo encontrar trabajo y el P. Marcelo le dio la posibilidad de hacer rosarios durante los intervalos de su curación. De esta manera tiene un ingreso para vivir.

2. Una madre soltera con una niña de 7 años trabajaba en un restaurante privado y ganaba 45 euros al mes, laborando más de 12 horas diarias. Estaba enferma, pero debía trabajar porque no tenía otra fuente de ingresos para ella y su hija. Además, no podía cuidar adecuadamente de la niña y llevarla a la escuela. 

Ella también comenzó a trabajar en la elaboración de rosarios. Trabajando desde casa y solo siete u ocho horas diarias, gana alrededor de 70 euros al mes. Después de algunos días había logrado un poco cuidar de su salud, de su hija e incluso logró pintar la casa y mejorar la calidad de vida.

3. Una señora tiene 3 hijos. Uno de ellos está en la cárcel. El marido trabaja en el campo y recibe 8 euros al mes. Ella, por su parte, trabaja limpiando en un colegio y recibe 9 euros. Con 17 euros al mes, además de mantener a la familia, también tiene que llevar comida y ropa a su hijo en la cárcel. Ella también ha comenzado a trabajar con los rosarios y recibe alrededor de 40 euros al mes. Así, esta familia, comenzó a comprar más comida para sus hijos y para ellos.

Yanisel, el gerente de la fábrica, hizo una hermosa experiencia durante el COVID-19. Tuvieron que cerrar y detener la producción porque no tenían más dinero para pagar a los trabajadores.

Yanisel reunió a algunos amigos y caminó varios kilómetros hasta un río para pescar. Con herramientas artesanales y antiguas, han logrado hacer una buena pesca en todo momento.

Luego, al regresar al pueblo, limpiaron y prepararon el pescado y lo distribuyeron a las familias más necesitadas que no tenían comida en casa.

Gracias a la ayuda de la EdC a través de AMU, recibimos ayuda para el salario de las 8 familias durante 5 meses. Ahora han reiniciado la producción, pero aún no han podido vender los productos porque no es posible circular por las ciudades para vender los rosarios.

Experiencias recogidas por Antonio Cunha, Cuba. 

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