5 claves, por el litio en América Latina

5 claves, por el litio en América Latina

Fuente. https://www.bbc.com/ 

En América Latina está el 60% de litio que hay en el mundo, concentrado principalmente en Argentina, Chile y Bolivia. Al mineral lo llaman el oro blanco porque es fundamental en la fabricación de baterías eléctricas que el mundo necesita para avanzar en el uso de energías menos contaminantes. Gobiernos y empresas multinacionales están en una carrera por conseguir una buena tajada del pastel. Porque se trata de un negocio multimillonario cuyos beneficios pueden tardar más de una década en materializarse, por lo que, mientras antes se hagan las inversiones, mayores serán los beneficios. En este video te voy a contar 5 claves para entender de qué se trata la carrera comercial por conseguir este mineral tan codiciado, especialmente en la industria de los autos eléctricos.

Hace casi una década Australia superó a Chile como el productor de litio número uno del mundo. El año pasado Australia produjo 61.000 toneladas de litio y Chile 39.000. El tercer lugar lo ocupa China con una producción de 19.000 toneladas seguido por Argentina con 6.200. 

Una cosa es la producción industrial que tiene un país y otra muy diferente son las reservas. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, Chile tiene las mayores reservas conocidas de litio del mundo, seguido de Australia, Argentina y China. ¿Pero qué pasa con Bolivia, el país que tiene la mayor cantidad de litio del mundo? Ocurre que las toneladas de mineral que albergan los salarios bolivianos aún no han sido clasificadas como reservas, según organismos internacionales. 

Para que sean reservas deben cumplir con una serie de requisitos como tener un certificado que acredite que el recurso es comercialmente viable. Entonces, lo correcto es decir que Bolivia tiene la mayor cantidad de recursos de litio del mundo con una impactante cantidad de 21 millones de toneladas. Por eso le dicen la Arabia Saudita del Litio. 

“En América Latina está el 60% de litio que hay en el mundo, concentrado principalmente en Argentina, Chile y Bolivia” 

El litio se puede extraer a partir de roca dura, depósitos de arcilla o salmuera. En Australia el mineral proviene de la roca dura, mientras que en Sudamérica se extrae de los depósitos de salmuera que existen en las aguas subterráneas de los salares altiplánicos. En Argentina el litio está concentrado en el norte, en las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca. En Bolivia el mineral se encuentra en el sur del país, en el departamento de Potosí. Y en Chile el litio está en el norte, en la región de Antofagasta. Juntos conforman el llamado Triángulo del Litio. Organizaciones ambientales han encendido una alerta roja sobre las consecuencias de la explotación del litio en los ecosistemas de los salares y en las comunidades locales, porque el método tradicional es intensivo en el uso de agua. 

Se trata de ecosistemas ubicados a más de 4.000 metros de altura en el corazón de los Andes, que tienen un valor fundamental para las economías locales y para la biodiversidad del planeta. Por otro lado, tampoco está claro el riesgo que podría representar la extracción de litio para la salud humana. En los últimos años se han hecho estudios con el objetivo de utilizar otros métodos de extracción distintos a la evaporación solar que tengan un menor impacto ambiental. 

“Al mineral lo llaman el oro blanco porque es fundamental en la fabricación de baterías eléctricas que el mundo necesita para avanzar en el uso de energías menos contaminantes” 

Uno de los dilemas que enfrentan los gobiernos es cómo asegurar que gran parte de la riqueza generada por la explotación de este recurso genere beneficios para los países. Uno de los grandes desafíos es que para desarrollar la industria del litio se requieran inversiones multimillonarias. Además, hay que tener la experiencia, la tecnología, los conocimientos para ECONOMÍA – AMÉRICA LATINA extraer y procesar el mineral en un proceso que es bastante complejo. 

De ahí viene la idea de hacer una alianza entre el sector público y el sector privado. Así lo planteó el gobierno chileno en su plan estratégico anunciado este año. Y así lo hemos definido, que el Estado esté presente en todo el ciclo productivo del litio. Aunque el control del negocio lo tendría el Estado, por ahora se desconoce cómo será la fórmula específica que tendrán los contratos que se firmen a futuro. 

En Argentina, pese a que han estado presentes los gobiernos locales en el desarrollo de la industria del litio, en la práctica son las compañías privadas las que están moviendo el motor de las inversiones. Y en el lado opuesto se encuentra Bolivia, donde el gobierno argumenta que el litio debe ser manejado completamente por el Estado. Los gobiernos bolivianos llevan años intentando echar a andar la producción a nivel industrial para competir en las grandes ligas, aunque hasta ahora no lo han conseguido. 

“Uno de los dilemas que enfrentan los gobiernos es cómo asegurar que gran parte de la riqueza generada por la explotación de este recurso genere beneficios para los países”

México, por su parte, recién está comenzando las tareas de exploración. Según algunas estimaciones, se espera que la demanda mundial de litio se multiplique por 40 en los próximos 20 años, principalmente para su utilización en vehículos eléctricos y baterías que almacenan energía renovable. 

Eso explica por qué los gobiernos y las compañías privadas están en una frenética carrera por el mineral. Ante esas proyecciones, los países latinoamericanos podrían conseguir una importante fuente de ingresos para las artes fiscales; sin embargo, eso dependerá en gran medida de su estrategia a largo plazo y del éxito comercial que tenga su industria. 

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