Una comunión de bienes que genera esperanza (Centroamérica)

Una comunión de bienes que genera esperanza (Centroamérica)
Suplemento Especial De la Vida y la Esperanza 2021

Los suplementos de Ciudad Nueva Interamericana son una respuesta en medio de la pandemia para conservar las relaciones entre las comunidades, promover la esperanza a través de acciones edificantes que las personas y los grupos hacían en sus territorios. 
Estos suplementos compilan la vida reunidas por aspectos de interés como la Escuela de padres e hijos, De la Vida y la Esperanza, El desafío de cuidar la vida vulnerable, la historia del movimiento de los Focolares en Colombia y Perú, y Living Peace, entre otros contenidos novedosos. 
En esta ocasión, queremos presentarles el primero de varios artículos que dan cuenta de la pandemia, en la escucha de quienes hacen parte de una comunidad, y el redescubrimiento de la llama que nos reúne. 
¡Disfrutenlo!

Historias de ayuda recíproca desde Centroamérica. Una comunión de bienes que genera esperanza

Debido a la pandemia del COVID-19 los países de Centro y Sudamérica están atravesando un momento de gran fragilidad económica: muchos trabajos se han suspendido, así como la escuela, las relaciones sociales, los afectos personales. A pesar de todo, nunca se ha detenido la comunión de bienes en las distintas comunidades de los Focolares -así como nos lo pide el  Papa Francisco  – para ayudar a quien está en dificultad, para generar día tras día una cultura de fraternidad.

Es testigo de ello Carolina desde Guatemala: “muchas personas están perdiendo el trabajo. Entre ellos está uno de mis primos. Para seguir generando una entrada tenía necesidad de una computadora portátil. Entonces, sin pensarlo, decidí darle la que yo uso. Él quedó muy agradecido y yo feliz de haberlo ayudado.

Zarita, una Gen3 (chicos de los Focolares) de  Oaxaca, México, en una reunión por zoom se enteró que había iniciado la “comunión extraordinaria Covid-19”. La propuesta era hacer una alcancía utilizando material de reciclaje. Su tía cuenta: “cuando Zarita me ayuda con los quehaceres me dice: ‘dame una moneda para mí alcancía’. Además perdió dos dientitos y envió el premio recibido por su valentía”.

En Ciudad de México, en una de las zonas más marginadas, el  Centro Social Integral Las Águilas  desde hace más de 30 años desarrolla su misión de promoción de los derechos humanos y de una cultura de paz. Algunos de la comunidad de los Focolares desarrollan un servicio de asistencia. Con el confinamiento el Centro tuvo que cerrar. Pero mediante la comunión de bienes extraordinaria ha seguido respondiendo a las necesidades primarias de la población del barrio, ayudando especialmente a 120 familias y garantizando una reapertura ordenada de la estructura en el respeto de las medidas higiénico sanitarias solicitadas por las autoridades.

En  Guatemala  en cambio el  Centro educativo Fiore, vinculado a los Focolares, acoge desde hace años a estudiantes de distintas proveniencias, lengua y cultura, sobre todo de los estratos más pobres y vulnerables. La crisis económica generada por el COVID-19 ha afectado de manera muy fuerte la ya débil economía del país. Muchas familias se quedaron sin trabajo y han tenido que recortar los gastos de educación para tener lo necesario para vivir. La situación obligó al Centro Educativo Fiore a cerrar, poniendo en riesgo la educación de muchos chicos de los estratos menos favorecidos. Pero gracias a la comunión de bienes extraordinaria, tanto local como planetaria se ha podido intervenir para iniciar un proyecto de rediseño que permita la reapertura de la escuela. También los Gen 4 (niños de los Focolares) de todo el mundo donarán al Centro Fiore lo recogido a través de la acción “Han desalojado a Jesús” .

Nos movemos a Honduras, Javier escribe: “Cristina, la vecina de mi casa trabaja en una escuela privada que ahora está cerrada. Su marido en cambio trabaja como agente de seguridad privado en un centro comercial, cerrado por COVID. No logran pagar el alquiler ni las facturas y tienen un niño de 13 años. Me pongo en su lugar y es realmente angustiante”. Javier los involucró en pequeños trabajos del barrio y se interesó constantemente por su situación sin permitir que les faltara la comida.

Y Luis, de Costa Rica cuenta: “algunos campesinos de San Vito, a 100 km de Buenos Aires, donaron su cosecha a su comunidad afectada por la pandemia. Aprendiendo de esta experiencia y motivado por el gran acto de amor, enseguida organicé en la sociedad privada con la que trabajo, una donación de piñas. Como respuesta, algunos de estos agricultores por su parte nos dieron parte de sus semillas de hortalizas, arroz y maíz, y así se pudo continuar la experiencia, que se volvió una cadena. Doce funcionarios de dicha sociedad, en su tiempo libre, plantaron estas semillas de modo que los productos recogidos fueran entregados también en esta zona. Dada la disponibilidad de piña que había, cuando el mercado europeo (que es quien la adquiere) fue cerrado, nos dedicamos también al trueque”.

Por Lorenzo Russo https://www.focolare.org/es/news/2020/12/12/pandemia-e-beniin-circolazione/ 

Leave a Reply

Your email address will not be published.