Por. Araceli Tolentino – México
Les comparto que desde muy temprano me dispuse a amar en lo concreto desde que me desperté tratando de ver siempre a Jesús en mis hijos y esposo. Todo iba en sintonía, solo que al atardecer me vino un agotamiento fuerte y con el calor que había solo quería tomarme unas horas de descanso; pero, llegó la hora en que los chicos regresaban de la escuela, así como de la preparación de la comida, así que, recordé que había puesto mi intención en ver a Jesús en ellos , de pronto mi esposo se dispuso en apoyarme a preparar la comida y el tiempo estaba al límite, ya que debía ir a su entrenamiento, logramos comer a tiempo y aún deseaba descansar, pero mi niña me insistió en acompañarles a su entrenamiento con bastante insistencia y por amor a Jesús en ella me alisté y los acompañe.
Fue bonito porque sentí la armonía en la familia, al regresar a casa me esperaba algo más la limpieza de casa, pero recordé la palabra de vida, “Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes” (2 Corintios 13,11). Así que me dispuse a terminar de hacer limpieza, uno de mis hijos me ayudó a lavar los trastos y fue más armonioso, más tarde recibí la visita de mis papás y pensé: eres tú Jesús y te doy mi Si, minutos más tarde me envía un mensaje mi vecina diciéndome que si le hacía el favor de imprimir un archivo que necesitaba, disculpándose por la hora, así que, recordando mi compromiso en amar concretamente le dije que con gusto y le llevé las hojas hasta su casa.
Vivimos juntos por un solo ideal Dios entre nosotros. Y agradezco a todos y todas por ayudarme a lanzarme en amar.
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