El Diplomado en Liderazgos Comunitarios, en contraposición con las perspectivas clásicas del poder, tantas veces autorreferenciales y eminentemente individualistas, concibe y propone al liderazgo no como un fin en sí mismo sino como un medio para servir al desarrollo de nuestros pueblos y no sólo al crecimiento, mucho menos al crecimiento para unos pocos.
De frente a un mundo, en particular a un continente, donde las fragmentaciones y la desigualdad se hacen cada vez más evidentes, la ausencia de liderazgos humanistas, dialógicos y cooperativos resulta flagrante. No es que falten líderes, sino que faltan líderes éticamente responsables, capaces de generar cohesión social y sostenibilidad.
Las crisis financieras, ecológicas, migratorias, las guerras, el racismo, la xenofobia, la discriminación con base de género y tantas otras expresiones de exclusión no son propiciadas por líderes ingenuos que tristemente no han tenido la posibilidad de capacitarse, sino por líderes que conciben sus roles careciendo de una perspectiva amplia de bien común.
Una vez más, el problema no es sólo la falta de acceso a la educación sino el tipo de educación que estamos brindando. Por este motivo Sophia ofrece una propuesta académica de matriz crítica, propositiva y comprometida con el desarrollo local, siendo uno de sus pilares fundamentales -además de las clases y de los espacios semanales de comunión y debate la integración entre la reflexión y la vida.
Durante el recorrido académico se abordan los contenidos en clave antropológica, pero también se brindan herramientas metodológicas para la incidencia personal, comunitaria y política. En efecto, es requisito de aprobación el diseño de un proyecto de intervención que cuenta con el acompañamiento personalizado de un especialista en la disciplina sobre la que cada estudiante escoge trabajar.
Así han surgido y continúan surgiendo iniciativas sumamente transformadoras. Sumando las 2 ediciones con las que al momento ha contado el Diplomado, más de 100 estudiantes han presentado proyectos de intervención en 14 países de la región.
Por ejemplo, Graciela es la directora de un centro comunitario situado en uno de los barrios más vulnerables del conurbano de Buenos Aires y, para dar respuesta a los altos niveles de violencia, generó una serie de acciones programáticas dirigidas a consolidar la convivencia pacífica a través del diálogo intercultural.
Luisa es colombiana y trabajó con perspectiva de género para favorecer la inclusión económica de las mujeres Emberá, una etnia desplazada de Bogotá.
Laura y Valeria, madre e hija, desarrollaron un proyecto de consultoría para optimizar el desempeño sostenible de una asociación que acompaña la migración venezolana.
Rubén presentó un programa de integración laboral para los jóvenes de un centro social de la periferia de Montevideo.
Eliane elaboró un proyecto de ecología integral en el municipio de Campina Grande, Brasil, para promover la sensibilización medioambiental, el reciclaje y las huertas comunitarias.
Y Ximena, chilena, diseñó un plan de acción para mejorar el funcionamiento del Servicio Sanitario Rural de su pueblo, responsable de gestionar el agua potable de pozos profundos para abastecer a pequeñas comunidades.
Por Carlos Argaña – Argentina Para más información entra en el siguiente enlace https://sophiaalc.com/liderazgos-comunitarios/
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