La fraternidad de nuestros pueblos

La fraternidad de nuestros pueblos

“Somos la Identidad, la Unidad en lo Uno, somos sobre el disperso paisaje y sus imágenes”. Sabat Ercasty

El presente artículo desea ofrecer una reflexión que parte desde la concepción pronunciada por Chiara Lubich refiriéndose a la política como el Amor de los amores1.

En estos días fue amplia la consulta que hicimos sobre los recientes incidentes entre nuestros pueblos de América Latina y el Caribe. Desde este espacio deseamos ser un bálsamo para el lector en búsqueda de razones profundas, que nos saquen de las selvas mediáticas que no hacen otra cosa que acentuar las grietas, donde cada vez más crece la concepción de la justicia por las propias manos, como: situaciones diplomáticas, órdenes arbitrarias, acciones ilegales, comentarios desprestigiantes que difaman y agreden. Hay algo que se hace evidente, no se trata de conflictos queridos por los pueblos, no nos dejemos guiar por las encuestas que según las banderas vuelcan la opinión pública, que después son constatables inclusive con datos especializados. Son conflictos generados por gobiernos muy limitados que rigen los destinos de nuestros pueblos, elegidos en varios casos democráticamente, pero no siempre determinan el sentir de todo un pueblo, existe también manipulación frente a los hechos. 

Lo institucional un camino a la convivencia

 América Latina y el Caribe enfrentan desde hace años conflictos Territoriales que se están tratando de esgrimir en las instancias internacionales, a los efectos de respetar las convenciones y acuerdos, que representan la institucionalidad. Comprendemos por institucionalidad la representación de la ayuda a la convivencia pacífica, democrática y también más fraterna. Los conflictos territoriales, son tratados, examinados y están en camino de búsqueda de soluciones pacíficas e institucionales en el marco de los organismos de justicia internacional. Se trata de un correcto camino elegido, sabemos que nuestro continente es uno de los cinco con menos conflictos bélicos entre sus pueblos.

La socialidad nuestra vocación 

Por tal razón, deseamos analizar la situación política desde las posibilidades que nos ofrece la fraternidad en marcha. En primer lugar, haremos un breve recorrido sobre el sentir y pensar latinoamericano y caribeño sobre una posible Fraterna Patria Grande2, para a nuestras raíces. ¿Es un invento la fraternidad de nuestros pueblos, es el sentir sólo de algunos, o es una voz que se alza y se ha pronunciado en el tiempo? Muchos son los autores que así expresan su sentir en la hermandad, en la fraternidad, en la unidad en sus diversidades. La comprensión de la fraterna Patria Grande estableció su permanencia en la dimensión del todo que comprende las partes, y América Latina es una, toda. Para otros, sin embargo, es una convergencia armónica de diversidad de identidades. Para la mayoría, corre por sus venas una sangre unificadora. La unidad latinoamericana ha estado siempre presente en el pensamiento, en el sentimiento de nuestros pueblos, pero también en la voz universal de nuestros pensadores y escritores.

Distintas instancias socioculturales testimonian que el espíritu latinoamericano se manifiesta tanto en el pensamiento y en las creencias como en las prácticas sociales con las características de: “hacer juntos”, “construir juntos” “pensar juntos” “juntarse para”. A partir de esta reflexión sobre el sentir y pensar que está en las raíces mismas de nuestra cultura latinoamericana y caribeña, es comprensible: sólo desde una concepción de persona en comunidad, que permite leer su humanización en la sociedad, entonces se aprecia esa dimensión que constituye a los latinoamericanos, y que lógicamente no puede hacer menos que formar su cultura, con relación a la ‘socialidad’ como lo percibió Chiara Lubich en contacto con el continente latinoamericano. Cabe comprender que la socialidad es entonces ese ser con los otros, constituirnos con los otros, sabernos unos partes de los otros.

El camino profetizado por la Iglesia 

Desde Ciudad Nueva Interamericana evocamos el pensamiento del Papa Francisco al respecto y lo hacemos a través del video que acompaña la revista. 

De igual modo, deseamos recordar que en las cinco conferencias generales del Episcopado Latinoamericano ‘la integración latinoamericana’ ha sido siempre un imperativo, y en la VCG de Aparecida la integración continental fue denominada Unidad en la diversidad.

Se pone de manifiesto, entonces, que cualquier valor que se desee defender, o bien cualquier mal, se deba purificar en una persona, en una comunidad social, cultural o religiosa el camino por seguir es la legalidad de las instituciones que permiten hacer real en el tiempo y entre los pueblos una relación de respeto, de fe en la justicia, en las convenciones internacionales. Sabiendo que el camino de América Latina es único, responde a su vocación de socialidad y debe encontrar sus procesos para que ésta sea posible. 

Darnos una pausa ante estos hechos y los múltiples que nos presentan los medios es vital. Las redes sociales, y los medios de comunicación por lo general nos saturan de imágenes, de procesos judiciales incumplidos, de repetición de agravios al infinito entre gobernantes, de términos de vulgaridad y no nos permiten reflexionar con la serenidad debida, con la mirada puesta en los horizontes amplios de nuestra vocación como continente, de la historicidad que nos marca una trayectoria, llevándonos a explotar mal. A tomar posición en nombre de mayorías que no siempre responden a procesos debidamente evaluados en la justicia, en la institucionalidad.

Consideramos que, el reto más grande nos lo da ese famoso militar romano Julio César a quién se le adjudica la expresión utilizada en la organización de los ejércitos: “Divide y vencerás”. Es un tremendo consejo, que poco tiene que ver con la fraternidad, con una política que sea Amor de los amores, que lleve a una real socialidad que tanto cabalga en nuestras sociedades y en nuestros discursos.

Ayudémonos a generar en cada realidad que vivimos y sufrimos la fraterna patria grande, entre todos aquellos que creemos que llevamos en nosotros ese llamado, esa vocación latinoamericana profunda a la fraternidad, a horizontes de verdadera paz.

Por el Consejo de Redacción 

El texto citado puedes encontrarlo en la plataforma: www.focolaresciudadnueva.org Ciudad Nueva Interamericana de mayo 

1. Chiara Lubich, Europa unida por un mundo unido. Discurso al Movimiento Europeo, Madrid (España), 3 de diciembre de 2002. 

2. Estudios recientes sobre fraternidad. “Fraterna Patria Grande. Del imaginario a la unidad en la diversidad latinoamericana”, Ciudad Nueva, 2010

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