Cuando mencionan el nombre de Gladys Molina se ven imágenes, sonidos, colores, trazos, olores y sabores, pensamientos y sentimientos, que juntos dan una idea siempre nueva de quién es ella.

Gladys es, como le gusta decir, una hacedora cultural, especialista en proyectos de desarrollo, lideresa de su región, quien a través de la palabra y el arte incide en la política, en lo social, en lo ambiental, y, sobre todo, en lo relacional.
Ella hace la cultura con su sonrisa, su palabra, y sus esperanzas, como agujas que juntan puntos del tejido social de su amada región cafetera del Quindío.

Hace pocas semanas la Asamblea Departamental del Quindío, órgano político administrativo de la región, conformado por 11 diputados elegidos por elección popular decidieron hacer un homenaje a Gladys Molina por su incidencia en la política pública como en el Plan Departamental de las Culturas, en la academia como docente, su acompañamiento a las buscadoras de desaparecidos, la formación de jóvenes líderes locales, y sus obras de arte que invitan siempre al diálogo y la fraternidad con el que es distinto.

Alrededor de Gladys siempre está activa con el Movimiento Político por la Unidad, Humanidad Nueva, Familias Nuevas, entre otras acciones colectivas, y ella camina junto a una comunidad de personas dispuestas a proponer en todos sus ámbitos la práctica cotidiana de la fraternidad, una realidad generativa de creatividad y acciones concretas a favor del bien común, animados por la Espiritualidad de la Unidad del Movimiento de los Focolares.

