Mi nombre es Fernanda Otero, estoy en el Focolar de Buenos Aires. Soy óptica contactóloga especializada en córneas irregulares.
En el 2018 a raíz de una experiencia personal, como muchas veces ocurren las cosas, empiezo a hacerme preguntas al ver que mis pacientes en el gabinete de lentes de contacto repetían varias patologías. Sabía que en julio algunos llegarían con conjuntivitis, o con orzuelos o con distintas patologías, más o menos ya tenía identificado qué les iba a ocurrir y me preguntaba qué había debajo de esto. ¿Era suficiente solamente unas gotas de colirios y listo? ¿O había algo más de porque repetían ciertas patologías algunas personas?
A raíz de una experiencia personal tuve una aproximación con la biodescodificación. Por una parresia de cuerdas vocales me quedé tres meses casi sin hablar, con un hilo de voz, hasta que me recomendaron hacer un proceso de biodescodificación.

Para mí ahí se me empieza a abrir como un mundo nuevo. Porque la biodescodificación es justamente una herramienta que te ayuda a ir al tesoro de tus síntomas, podría decirlo así hoy después de varios años de trabajo con esta herramienta. ¿Y por qué el tesoro de tus síntomas? Porque el síntoma que aparece, que puede ser físico o emocional, nos viene a decir de nosotros mismos, nos viene a contar de nuestra historia, no hay síntomas sin historia.
Entonces ¿qué me venía a decir? Buscar y encontrar la raíz emocional, ese ¿por qué? Esa famosa pregunta que yo tenía empezaba a abrirse un caminito que siempre pasa por uno mismo y creo que cuando a uno le surgen las preguntas internas también de alguna manera vienen para que se puedan descubrir las respuestas, este fue mi caso.
Trabajando por casi 27 años en óptica en mostrador o en gabinete veía también qué pasos más poder dar, también en mis traslados de lugares, de ciudades, cómo poder enfrentar eso para no volver siempre a empezar de nuevo. Así que en el 2018 empecé una formación en un Centro Holístico de Córdoba (en ese momento vivía ahí) donde buscaban profesionales de distintas áreas de la salud para que cada uno se especialice en lo propio. Yo ahí me dije bueno esto puede ser una meta, si bien no tenía ninguna formación ni pedagógica, ni psicológica; me parecía interesante poder encarar desde otro lugar el síntoma y tener una mirada más amplia de la realidad del paciente.
A partir de cuando empecé con mi formación y después con los casos que veía, me dije que hasta no tener mi experiencia no iba a decir nada, ni hacer ninguna propuesta. ¿Y qué es lo que yo tenía en la mente? Poder ofrecer, así como me había pasado a mí, a los profesionales esta dimensión emocional del paciente para que puedan integrar a la consulta. Pero ¿cómo hacer si en ese momento recién estaba empezando? Me propuse a mí misma que hasta que no consultara por lo menos 100 personas no iba a abrir la boca, ni hacer ninguna propuesta.
Luego que ese periodo terminó y pasaron más de 100 personas, pensé en una propuesta para capacitar a profesionales, pues muchas veces tenemos la posibilidad, con una buena pregunta, de empezar a desarmar el síntoma del paciente.

Tenía tres posibilidades y elegí una que es una plataforma educativa con una experiencia de 30 años que está en el mercado y que específicamente son capacitaciones a profesionales dentro del área de la salud visual.
Me lancé en esta propuesta y busqué también otra persona que había hecho conmigo la formación para crear este biocular, que es integrar la dimensión emocional del paciente a la consulta. Es decir, poner al paciente en el centro de la consulta. Muchas veces se piensa que eso es obvio, pero con las presiones, con un montón de factores que se viven cotidianamente, quienes están en el área de la salud hacen que eso no sea tan evidente y se indican sólo medicamentos y listo. Sin embargo, ese paradigma del paciente es la semilla de intención que me movió para hacer esta propuesta.
Así que empezamos a trabajarla y aceptaron la propuesta y desde julio de este año 2024 empezamos esta capacitación a profesionales de toda Latinoamérica, desde EE. UU., México, Ecuador, Colombia, Venezuela y Argentina donde hay más de 20 personas que están empezando a entrar en este mundo de la parte emocional y poder ver cómo influyen estas emociones en todo lo que son nuestros síntomas.
Si tuviera que definirme de alguna manera sería como una “Artesana de miradas” en todos los procesos que fui viviendo desde la óptica. Porque no es sólo la venta sino hacer un anteojo, que es un trabajo muy artesanal se requiere mucha concentración y precisión, igualmente para adaptar la lente de contacto.
También hoy lo veo como una artesana de miradas. Porque lo único que nosotros podemos hacer para cambiar, para sanar, es un cambio de mirada. Un cambio de perspectiva, poder mirar los hechos que han ocurrido, que no se pueden cambiar, pero si puedo cambiar también esta observación y ahí se produce el proceso de transformación y de sanación.
Así que, para compartir creo que se está sembrando una semilla en muchos profesionales los cuales están muy contentos, muy satisfechos de gente muy capacitada, muy profesional; pero que desde estas pistas que son las emociones -y ahí me incluyo también yo- tenemos un gran analfabetismo.
Este es el camino recorrido y poder reinventarnos porque es necesario dar como saltos, a veces uno piensa que al vacío, pero cuando es para bien y cuando es para mejor, incluso las cosas se van disponiendo para que ocurra y uno va encontrando a las personas justas y en este caso a Roberto Navarro, de la organización IPEC, conocido en toda Latinoamérica, es el que nos está ayudando a vehiculizar esta nueva mirada al paciente.
Por Fernanda Otero – Argentina