En diálogo con Chiara: “Así como el Señor los ha perdonado, así perdonen ustedes”

Pablo dirige estas palabras a los cristianos de su comunidad, porque habiendo experimentado el perdón de Dios, son capaces de perdonar a los que cometen injusticias contra ellos. Sabe que son particularmente capaces de ir más allá de los límites naturales en el amor, hasta el punto de dar la vida incluso por sus enemigos. Renovados por Jesús y por la vida del Evangelio, encuentran la fuerza para ir más allá del bien o del mal y luchar por la unidad con todos. 

La sabiduría africana lo expresa así: “Haz como la palmera: le tiran piedras y le caen dátiles”.

No basta, por tanto, con no responder a un mal, a una ofensa, se nos pide más: hacer el bien a los que nos hacen daño, como recuerdan los apóstoles: “No devuelvan mal por mal, ni injuria por injuria, sino por el contrario, respondan con bendición” “No se dejen vencer por el mal, sino venzan al mal con el bien”. 

¿Qué hacer entonces?

Levantémonos por la mañana con una “amnistía” completa en el corazón, con ese amor que lo cubre todo, que sabe acoger al otro tal como es con sus limitaciones, sus dificultades, como haría una madre con su hijo que comete errores: siempre lo disculpa, siempre lo perdona, siempre espera en él…

Por Chiara Lubich

Parole de vite a cura di Fabio Ciardi

Cittá Nuova

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