El desarrollo de la inteligencia artificial desde una propuesta ecosistémica (2da Parte)

El desarrollo de la inteligencia artificial desde una propuesta ecosistémica (2da Parte)

Por Paula de la Providencia García Lara – Cuba

Dr. Giovanni Fernández Valdés Doctor en Ciencias Filosóficas y Profesor Titular del Departamento de Filosofía y Teoría Política para las Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad de la Habana. Especialista en las disciplinas de Filosofía de la Ciencia; Filosofía de la Mente y la Conciencia; Filosofía del Lenguaje, la Lógica y la Cognición; y Filosofía de la Inteligencia Artificial. 

Recientemente es bastante conocido la huelga de actores y escritores de Hollywood que piden protección frente a las nuevas reglas que ha impuesto IA en la industria. Lo que nos hace cuestionarnos cuan apropiada es la IA para estas áreas del trabajo sobre todo si se ha declarado que la IA representa una amenaza existencial para las profesiones creativas. 

La Inteligencia artificial está penetrando en todas las esferas de la vida y un elemento muy importante a considerar es el área laboral. En la medida en que la automatización se introduzca en la actividad laboral ya sea en el área del Derecho, la Medicina, la Educación, cada vez se prescindirá más del actuar humano. 

Un ejemplo bien cercano es la huelga que están teniendo lugar entre actores y guionistas de la Industria de Cine Norteamericana en Hollywood. En artículos y conferencias he enfatizado que, si bien es necesario que la IA pueda sustituir El desarrollo de la inteligencia artificial desde una propuesta ecosistémica al ser humano en tareas repetitivas, que requieran grandes esfuerzos físicos y/o de movimiento, puede ser un problema para la sociedad que también comience a sustituir al ser humano en tareas que pudiéramos denominar como creativas, que precisan del esfuerzo, dedicación y equivocación del ser humano, es decir lo que metafísicamente pudiera definirse como “el sentido de la vida”.

De hecho, ya lo está haciendo pues con IA se pueden generar contenidos periodísticos (además de escritura de poesía, cuentos, novelas etc), puede realizar operaciones quirúrgicas, atiende necesidades de clientes en los servicios públicos y privados, colabora activamente en las decisiones judiciales, en la actualidad se está aplicando en los procesos de enseñanza; sin embargo, el camino que persigue la humanidad es el estar conectados, dependientes de las aplicaciones basadas en IA.

El deporte también se ve afectado por estos mecanismos que, hasta cierto punto, permiten un mejor rendimiento del atleta y por consiguiente mejores resultados en el área deportiva, pero si prescindes de todo lo humano, terminaremos por sustituir al propio atleta, sustituido por la tecnología. Detrás de esto se vislumbra el discurso de las corrientes transhumanistas que proponen prescindir de lo biológico o fusionarlo a la tecnología y de este modo llegar a una sociedad post- humana, donde no existe el hombre biológico sino un ser sintético.

La pregunta que surge seria, ¿prescindiremos de la obra humana? Así veremos como de la huelga de los actores pasaremos a la de los músicos, la música puede hacerse hoy día con métodos tecnológicos desde el soporte de la IA, no es necesario tener grandes dotes musicales, pues las máquinas se encargan de fusionar y dar un resultado sintético, sin imperfecciones, con una perfección completa que justamente hace menos humano el producto artístico. 

La tecnología puede acompañar los procesos humanos, pero sin prescindir de lo humano. 

Piensa que la búsqueda de soluciones éticas en Inteligencia Artificial ha generado un nuevo diálogo y una mejor receptividad entre ciencia y fe.

De la encíclica de San Juan Pablo II Fides et Ratio podemos definir qué tanto en la teología como en el pensamiento científico se aboga por rescatar la humanidad, el amor. La tecnología por sí misma no va a resolver el problema de la humanidad, la tecnología tiene la capacidad de generar más comida de la que podemos consumir; sin embargo, el problema del hambre en el mundo sigue siendo una constante, también los problemas en la vivienda y sucede igual con el agua potable. Entonces el problema no está en la tecnología, no es la ciencia por sí misma, radica en que tipo de sociedad queremos construir. 

La IA pudiera ser muy útil para sustituir tareas difíciles o repetitivas y que en el orden social el ser humano pueda desarrollar tareas con un quehacer más creativo y espiritual, estamos en la capacidad de lograr esto. Pero debemos resolver por donde nos vamos conduciendo en el tema de la IA, si vamos hacia una autodestrucción o construimos una realidad más justa y efectiva.

Lo más importante no es la tecnología, lo esencial es lo humano. De lo que estamos adoleciendo es de un análisis ético, humano y espiritual respecto a estos cuestionamientos que son la arista que está faltándole a esta humanidad.

Dicho de este modo existe una unidad en el dialogo entre ciencia y fe en cuanto al rescate de lo humano frente al indiscriminado uso de las tecnologías, cuando se rompe la unidad en el análisis tanto científico como teológico y los argumentos se absolutizan corremos el riesgo de cerrar la participación en el análisis, siempre pongo de ejemplo el reconocimiento por parte de San Juan Pablo II del proceso biológico evolutivo del origen de la humanidad que abrió nuevos caminos de dialogo entre la ciencia y la fe. 

Estamos ante un cambio cultural profundo a nivel global y dentro del cual debemos orientarnos con éxito hacia un futuro inmediato. Considera que la adopción de nuevas premisas éticas para abordar los riesgos que implica el rápido desarrollo de la inteligencia artificial traería implicaciones en el pensamiento filosófico actual. 

Justamente en el trabajo que vengo realizando hago énfasis en que la ética que se está generando ahora es una nueva ética, en mi trabajo acuño una teoría ética que hemos nombrado “Ética Ecosistémica”, es una propuesta que presenta la idea de entender la cosas en ecosistemas. La ética no puede solo desde las leyes determinar cómo puede funcionar éticamente una persona, sino que estamos interconectados en una realidad. 

Desde la propuesta ecosistémica, entendemos que los principios éticos que manejamos deben irse construyendo y modificando con el accionar de la vida. Que estos principios éticos no son inamovibles, sino que deben irse flexibilizando en dependencia de los contextos, son los que permitirán que la problemática como la IA se entienda no solo como una tecnología implicada en la sociedad sino como un problema social, con responsabilidades distribuidas. 

Es una responsabilidad que no es la misma que se tiene sobre cualquier fenómeno, por ejemplo, no es la misma responsabilidad que tiene sobre la IA el funcionario de empresa que implementa la IA o la que tiene el ingeniero que desarrolla las aplicaciones, o los que simplemente las reciben, son tres fenómenos diferentes y tres modos distintos de entender la realidad en tres contextos diferentes. 

En el mundo contemporáneo no solo estamos interconectados, sino que la realidad se trasforma al mismo tiempo y los procesos que se generan de la misma van cambiando. Estamos todo el tiempo cambiando y corrigiendo estos procesos de la construcción de la realidad, de no ser así corremos el riesgo de que la ética vaya por un lado y el fenómeno tecnológico por otro. Falta la interconexión de todas las partes para ofrecer una explicación ética que abarque todas las aristas humanas, para lograr una sociedad en la que todos tengamos lugar en la búsqueda de la felicidad que es lo más importante. 

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