#Salud
¿Por qué fracasan los que se prohíben?
Quien hace dieta, lo vive como una situación transitoria y negativa de la que quiere salir lo antes posible. La consecuencia lógica es que, una vez terminado el período de restricción, se quiera volver a comer los ‘alimentos prohibidos’ ahora más deseados que nunca. El control de ese tiempo favorece el descontrol posterior.
Si se aceptan indicaciones escritas que se deben cumplir, como dice Blundell (1990), se alteran los sistemas neurobiológicos para el control del apetito1 .
Tomar la nueva forma de comer como un estilo alimentario para toda la vida, producirá un cambio duradero en la relación con los alimentos, pudiendo elegir en función del gusto y del propio beneficio.
Ser libre es poder gerenciar las propias elecciones en función de las necesidades propias y ajenas, es dominar la comida sin dejarse dominar. Dejar o tomar un alimento no porque me lo prohíben o no se puede, sino porque cada uno puede aprender a elegir en función de lo que le hace bien.
Por Inés Nin Nin M I, 2013 “El placer de Elegir” Ed. Ciudad Nueva, cap 7 pp 83-84.
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1. Blundell J. 1990, How Culture undermines the biopsiycological system of appetite control” in Appetite, Vo. 14, N 2, pp113-115.
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