Fragmento de un discurso pronunciado por Chiara Lubich- junio de 2000- con ocasión del primer congreso del Movimiento político por la Unidad, una expresión del Movimiento de los Focolares.
(…) Se sabe que es Dios el que – como vicarios suyos en el mundo- da a los hombres la autoridad, que debería ser instrumento de verdad y de amor (Cf.Jn.19,11). Autoridad que, aunque la da un Dios que es Amor y que es Trinidad, asume un significado que no siempre es fácil encontrar en las doctrinas políticas y en los códigos de derecho. Para nosotros, la autoridad es una participación en el amor del creador por cada una de sus criaturas, en el amor de un Padre por todos los hombres, incluso los más débiles e insignificantes, pero que tienen en sí la dignidad inviolable de ser hijos de Dios.
(…) Sin embargo, es importante recordar la grande, la tremenda responsabilidad que tienen ante Dios y ante los hombres los que gobiernan; no se debe olvidar que el ciudadano es la primera participación del amor de Dios por la ciudad; tienen funciones que desempeñar a conciencia y con sus propios derechos y deberes y no es el objeto, sino el sujeto verdadero de la comunidad política, y como tal debe actuar conscientemente (…).
Es necesario reconocer el aspecto específico de la política con sus propias competencias. Por otra parte, Jesús es la Vida, la Vida completa. No es solo un hecho religioso… Este separarlo de toda la vida del hombre es una herejía práctica de los tiempos actuales y un subordinar al hombre a algo que es menos que él, y apartar a Dios, que es Padre, de sus hijos.
No, Él es el Hombre, el hombre perfecto que resume en sí a todos los hombres y todas las verdades y los impulsos que estos puedan sentir para elevarse al lugar que les corresponde.
A veces se piensa que el Evangelio no resuelve todos los problemas humanos y que trae el Reino de Dios entendido únicamente en sentido religioso, pero no es así. Ciertamente, no es el Jesús histórico el que resuelve todos los problemas. Lo hace Jesús-nosotros, miembros de su Cuerpo místico, Jesús-yo, Jesús-tú…Es Jesús en el hombre, en un hombre determinado – cuando su gracia y el amor están en él-, el que construye un puenteo hace una ruta. Jesús es la personalidad más verdadera y profunda de cada uno.
Es siendo otro Cristo que el cristiano da su aporte característico en todos los campos: en la ciencia, en el arte, en la política.
La doctrina Espiritual/Chiara Lubich; recopilado por Michel Vandeleene-1ª ed.,reimp.-Buenos Aires: Ciudad Nueva, 2017.págs. 290, 29.
