Economía, finanzas, trabajo: grandes temas que implica el Jubileo

Debemos evitar que el Jubileo se convierta en una cuestión de indulgencias, de misas, de culto», advierte el director científico de «La Economía de Francisco» y presidente de la Escuela de Economía Civil, según el cual «debemos aprovechar este año para reflexionar profundamente, al menos como mundo católico, sobre la economía, las finanzas, el trabajo. Todas realidades que tienen que ver con los grandes temas del Jubileo». De la liberación «de los trabajos mal pagados, sin derechos, sin dignidad…» para la condonación de las deudas con los países más pobres, hay varios caminos posibles de compromiso.

«No hay que olvidar que, aunque desgraciadamente se hable poco de él en la comunicación, el jubileo bíblico fue esencialmente una cuestión económica y social. Porque el verdadero objetivo del Jubileo no eran las funciones o los cultos, sino la liberación de los esclavos, el perdón de las deudas y la restitución de las tierras… Todas cuestiones esencialmente económicas». Así lo destaca Luigino Bruni, economista e historiador del pensamiento económico, profesor de Lumsa, director científico de «La Economía de Francisco» y presidente de la Escuela de Economía Civil. Significado del Jubileo bíblico presente en el libro del Levítico. 

«Declararás santo el año cincuenta, y proclamarás liberación en la tierra para todos sus habitantes. Será un jubileo para ti; Cada uno de ustedes regresará a su propiedad y a su familia. El quincuagésimo año será un jubileo para ustedes; No sembrarás ni cosecharás todo lo que los campos producen por sí mismos, ni cosecharás las vides sin podar. Porque es un jubileo: será santo para ustedes; sin embargo, puedes comer el producto que te darán los campos. En este año de jubileo, cada uno volverá a su propiedad».

«Por eso – subraya Bruni –hay que tener presente la dimensión económica y social de los jubileos bíblicos, que son la raíz del jubileo cristiano».

Como si dijera que, en 2025, para ser «peregrinos de esperanza» no basta con partir desde todo el mundo hacia Roma para cruzar la Puerta Santa de una de las basílicas papales. Tampoco te limites a rituales o momentos espirituales.

«No se puede tener un Jubileo sin hablar de finanzas, de lo contrario estamos realmente en la luna…», advierte el economista, explicando que durante el Año Santo «hay que hablar hoy de las finanzas globales, de la globalización de las deudas, de la usura y del trabajo».

Lo que antes era la liberación de los esclavos, aún hoy – explica Bruni – «debe ser la liberación de los trabajos equivocados, de las nuevas formas de esclavitud como en el caso de las personas que realizan trabajos mal pagados, sin derechos, sin dignidad…».

Reunido a mediados de diciembre de 2024 con delegaciones de algunas instituciones bancarias italianas, el Papa Francisco recordó que «el Jubleo a la vuelta de la esquina nos recuerda la necesidad de perdonar las deudas. Es la condición para generar esperanza y un futuro en la vida de muchas personas, especialmente de los pobres». «Los animo a sembrar la confianza», exhortó el Santo Padre.

Vale la pena recordar que, con motivo del Año Santo del año 2000, la Iglesia italiana promovió la campaña para la «Reducción de la deuda externa de los países más pobres» con la intención tanto de informar sobre el grave problema de la deuda de los países, especialmente del Sur del mundo, como de estimular a las instituciones públicas a hacer su parte. Pero también para sensibilizar a la comunidad cristiana y a cada uno de sus miembros para que hagan un gesto tangible de solidaridad recaudando fondos para la conversión de la deuda de los dos países más pobres de África: Guinea Conakry y Zambia.

Veinticinco años después, en los «Llamamientos a la esperanza» recogidos en el «Spes non confundit», la bula con la que el Papa Francisco proclamó el Año Santo, el Pontífice subraya que «el Jubileo nos recuerda que los bienes de la tierra no están destinados a unos pocos privilegiados, sino a todos». El Papa dirigió una «cordial invitación» a las naciones más ricas: «a reconocer la gravedad de tantas decisiones tomadas y a decidir perdonar las deudas de los países que nunca podrán pagarlas. Antes de ser magnanimidad, se trata de una cuestión de justicia, agravada hoy por una nueva forma de iniquidad de la que hemos tomado conciencia».

«Si realmente queremos preparar el camino de la paz en el mundo -advirtió Francisco-, comprometámonos a remediar las causas remotas de la injusticia, a pagar las deudas injustas e insolventes y a saciar a los hambrientos».

Fuente https://www.agensir.it

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