Colombia, semillas de futuro: la educación como esperanza de paz

#OPLAStories – La educación como una vía hacia la paz

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Colombia está en un punto crucial de su historia, al pasar de décadas de conflicto interno a un futuro lleno de desafíos y de oportunidades. El acuerdo de paz del 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia fue un hito histórico, terminando con un conflicto que había devastado el país durante más de medio siglo. Si bien el proceso de paz marcó el inicio de un nuevo capítulo, las realidades socioeconómicas relacionadas con la reconstrucción y a la superación de las desigualdades de vieja data siguen siendo complicadas.

Desde ese contexto nos escriben JC* y ES*, estudiantes universitarios. Ambos recibieron el apoyo de Economía de Comunión para terminar el último año de sus estudios. Escribieron a OPLA para agradecer y contar lo que significa para ellos ser parte de esta experiencia.

JC, investigador en educación y en innovación, está convencido de que en un contexto particular como el colombiano, la pasión, la fe y la disciplina son instrumentos potentes para transformar la vida de las personas marcadas por la violencia y la desigualdad. Dice:

«La educación es el camino que nos va a permitir avanzar como sociedad, y es la contribución que yo aspiro a dar con dedicación. Gracias a ustedes, hoy estoy más cerca de alcanzar ese propósito».

ES, por su parte, está feliz de haber obtenido una ayuda que para él es no solo un acercamiento a toda la red de EdC, sino también un alivio concreto para su familia, aliviando a sus padre del peso de los aranceles universitarios. Dice estar profundamente conmovido, no solo por la ayuda recibida, sino porque esta experiencia muestra valores auténticos que lo acompañaron desde niño: dar sin esperar nada a cambio. Escribe:

«Ahora puedo ver cómo esos valores se muestran de manera real y tangible en esta experiencia de ayuda fraterna. Gracias a ustedes, no solo puedo continuar con mis estudios universitarios, sino que renuevan también mi compromiso en dar lo mejor de mí en el mundo académico y, sobre todo, en ser una buena persona, comprometida con los demás y con la construcción de un mundo más unido. Recibir esta ayuda es también un plus en la motivación para seguir comprometiéndome, no solo en mi futuro, sino para que un día le pueda ofrecer a otros las mismas oportunidades. No solo me dieron una mano: me recordaron, una vez más, que somos parte de una gran familia que vive la fraternidad concreta».

Relatos como el de JC y el de ES nos dan la esperanza de un futuro mejor, en el que la educación es una vía directa hacia la paz y la reconciliación. Esto también es reconstruir la economía, que a menudo se basa en conflictos y guerras, en las que los más débiles pagan el precio más alto. La comunión, en este escenario, se propone como un catalizador de cambio social, que de manera silenciosa pero concreta empieza a tomar forma.

¿Quieres también contribuir a la construcción de una economía de paz mediante la comunión y la inversión en educación?, ¿tienes al lado tuyo a otro JC o ES a quienes te gustaría apoyar? Escríbenos a [email protected] y forma parte de esta historia.

Credits foto: Escuela Sol Naciente

  • Por confidencialidad se suprime el nombre de las personas que comparten su testimonio.

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