No importa de qué manera llegue al Parque de la Fraternidad con rumbo a mi trabajo cada mañana, él siempre está ahí, con la mirada vuelta hacia la cúpula del Capitolio, cargado de sacos de los que sobresalen latas de cervezas, papeles y pomos plásticos; parece que no se ha movido durante semanas del mismo sitio. A veces menos sucio, a veces con un H. Upmann sin filtro entre los labios, Omar, El Chino para los viandantes, es una de las tantas personas sin hogar que andan por las calles de La Habana y que sobreviven gracias a la caridad de una sociedad que, incluso en crisis, no ha perdido su espíritu solidario. Continue reading Personas en situación de calle: entre los sedientos y los buenos samaritanos