“Ángeles de Esperanza”: el programa de Cáritas del Perú que transforma la vida de niños en situación de abandono

ADN CELAM

El programa “Ángeles de Esperanza”, una iniciativa de apadrinamiento infantil que busca devolver dignidad, cuidado y ternura a menores marcados por la ausencia de sus padres.

Esta iniciativa, desarrollada por el área de Asistencia y Obras Sociales de Cáritas del Perú con el financiamiento de Food for the Poor, ha comenzado su ejecución en 2025 con el objetivo de brindar apoyo a 265 niños y niñas de entre 0 y 16 años, residentes en diez hogares con internado permanente. Muchos de estos lugares son más que albergues: son verdaderos refugios de amor y esperanza, donde cada gesto cotidiano es una respuesta al abandono.

En estos hogares no hay lujos, pero sí orden, limpieza, comida, cuidado y, sobre todo, amor incondicional. Niños que han sido abandonados por sus padres, encuentran en estos espacios la presencia maternal de mujeres consagradas y cuidadoras que, con delantales y hábitos, se convierten en ángeles visibles para ellos.

Programa que transforma vidas

“Ángeles de Esperanza” tiene el propósito de cubrir necesidades básicas con el envío de fondos y contribuciones en especie. También teje vínculos, moviliza conciencias y genera espacios donde la presencia, el acompañamiento y el afecto son tan necesarios como el alimento o la ropa.

Los padrinos, desde cualquier lugar, tienen la posibilidad de ayudar a estos menores no solo materialmente, sino con el testimonio de que no están solos.

Uno de los hogares que más ha conmovido a quienes participan del programa es la Asociación Las Bienaventuranzasque acoge a más de 70 niños con discapacidades. Allí, el amor se traduce en paciencia, en gestos sencillos, en la capacidad de comunicarse más allá de las palabras: “La tutora conocía el nombre de cada niño, sabía cómo había llegado al hogar y cómo atravesar la barrera de la discapacidad”, cuenta emocionada una testigo de esta experiencia.

Ángeles que siembran esperanza

“Ángeles de Esperanza”, es una experiencia de transformación para los niños… y para quienes los acompañan. Cáritas del Perú invita a sumarse a esta causa como padrinos, voluntarios, comunicadores o simplemente como creyentes que quieren responder con amor al sufrimiento ajeno.

En medio del abandono y el dolor, este programa confirma que la caridad es más fuerte que la indiferencia y que cada niño tiene derecho a una vida digna, llena de afecto y oportunidades. Porque en cada uno de ellos “se ve el rostro sufriente de Cristo”, pero también el rostro luminoso de la esperanza que nunca muere. Así da cuenta, Karla Auza, responsable de Imagen Institucional en Cáritas del Perú, en una crónica que relata esta labor en favor de los más pequeños.

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