Un Papa con alma latinoamericana: León XIV y su largo camino junto al pueblo del Perú

ADN CELAM

Con 22 años de vida pastoral en el Perú, el nuevo Papa León XIV trae al pontificado la experiencia de una Iglesia viva, cercana y sinodal desde América Latina.

Con una historia pastoral entrelazada con América Latina, especialmente con el Perú, el nuevo Papa León XIV, antes cardenal Robert Francis Prevost, inició su pontificado como el primer Pontífice con ciudadanía peruana y una larga trayectoria de servicio a las comunidades del continente.

Desde su primer mensaje, quedó claro que su corazón late con afecto por Latinoamérica. En medio de su llamado a la paz y el diálogo, dedicó unas palabras en español a la Iglesia de Chiclayo, la diócesis que pastoreó durante casi una década: “Y si me permiten, también una palabra, un saludo, de modo particular para todos aquellos de mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”.

Latinoamérica, el lugar donde maduró su vocación pastoral

El Papa León XIV no es ajeno a las realidades de América Latina, su vínculo con el Perú fue una escuela de fe y cercanía pastoral. Su presencia en el país abarcó tres etapas de su ministerio sacerdotal y episcopal, que totalizan 22 años de servicio misionero en el continente.

Primera etapa: misionero en Chulucanas (1985–1986)

Su primer encuentro con el Perú fue en 1985, cuando llegó como misionero agustino a Chulucanas, Piura, en el norte del país.

Allí ejerció como vicario parroquial de la catedral y canciller de la prelatura territorial, en una región pobre y, a la vez, rica en fe y tradición comunitaria.

Segunda etapa: formador en Trujillo (1988–1998)

Luego de un breve regreso a Estados Unidos, volvió en 1988 para establecerse durante una década en Trujillo, donde asumió la formación de los futuros religiosos agustinos.

Fue prior de comunidad, director de formación, maestro de profesos, y docente de derecho canónico en el seminario diocesano.

También desempeñó funciones como juez del tribunal eclesiástico regional y consultor eclesial, consolidando una visión de Iglesia atenta al discernimiento y comprometida con la justicia eclesial.

Tercera etapa: obispo de Chiclayo (2014–2023)

Después de servir como Prior General de la Orden de San Agustín (2001–2013), el Papa Francisco lo llamó nuevamente al Perú en 2014. Fue nombrado administrador apostólico de Chiclayo, y en 2015, obispo diocesano, cargo que ejerció hasta 2023. En este tiempo, recibió la nacionalidad peruana, signo de su amor por el país.

Como obispo, demostró una intensa capacidad de escucha, compromiso con los sectores populares, y cercanía con los jóvenes, las familias y los sectores rurales. Además, se integró activamente a la vida eclesial nacional como Vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana (2018–2023); Presidente de la Comisión de Educación y CulturaMiembro del consejo económicoMiembro del consejo de Cáritas Perú.

Un rostro latinoamericano para una Iglesia sinodal

La elección del Papa León XIV representa una reafirmación del camino sinodal que América Latina ha trazado desde Medellín hasta el Sínodo sobre la sinodalidad. El nuevo Papa es testigo directo del caminar eclesial del continente y porta con orgullo la espiritualidad latinoamericana, forjada en comunidades vivas, comprometidas con la justicia, el diálogo intercultural y el anuncio esperanzador del Evangelio.

En su primer discurso, el Santo Padre definió el tipo de paz que desea para el mundo como una “paz desarmada y desarmante”, e hizo un llamado a caminar “mano a mano, unidos, como discípulos misioneros de Cristo”. La Iglesia que hoy lidera el Papa León XIV está llamada a ser más que nunca una Iglesia de puertas abiertas, misionera y samaritana, tal como lo expresó desde la Plaza de San Pedro: “Tenemos que buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes de diálogo, siempre dispuesta y abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos a todos. A todos los que tienen necesidad de nuestra caridad, de nuestra presencia, de diálogo y amor”.

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