¡Hola! Soy Mariana, te hablo desde Medellín, Colombia. Vengo de una familia un poco numerosa que, desde pequeña, me enseñó el arte de amarnos en la diferencia, a interesarme por todo un poco y a disfrutar de la espontaneidad que ofrece la vida.

Mientras muchos amigos del colegio y de la vida tienen años de experiencia profesional, yo, con 26 años, «apenas» estoy en el último semestre de mi carrera: Publicidad y Marketing Digital.
El para qué estudiar
Cuando pienso en qué me motivó a estudiar marketing solo se me viene una cosa a la cabeza: La capacidad de asombro. Cuando salí del colegio todo me llamaba la atención y al mismo tiempo nada era lo suficientemente especial. Entonces mi papá, en medio de una crisis, me dijo: Métase a cuanto curso quiera, yo le ayudo. Estuve en clases de cocina, de ingeniería robótica, de idiomas, pero encontré una que me enamoró, Diseño Gráfico. El enamoramiento duró 2 años y medio. Justo a mitad de la carrera tenía que tomar una decisión, seguir con una elección que sabía que no quería para mi futuro, pero era la que ya había tomado o volver hacer un camino profundo de autoconocimiento. Elegí la segunda y me di cuenta de que me encanta aprender de cualquier gremio, que disfruto mucho el contacto con las personas, que el arte me mueve; pero, sobre todo, que puedo aportar a la construcción de un mundo más lindo, más libre; un mundo unido.
Desafíos
Hoy en día, la publicidad está en todas partes. Cualquier marca puede comunicar fácilmente su producto o servicio. Hay millones de marcas haciendo lo mismo. Es difícil diferenciarse y encontrar un espacio donde tu voz tenga impacto. Uno de los grandes retos que enfrentamos a diario es hacer entender a los clientes que no todo se resuelve con un post en Instagram o un video en TikTok. El verdadero valor de la publicidad está en lo humano: en comprender a fondo a las personas detrás de una empresa y conectar eso con lo que valoran sus usuarios. Se trata de aprender a escuchar con empatía y entender realmente a tu audiencia: ¿Qué les importa? ¿Qué los mueve? ¿Cuáles son sus sueños y sus miedos? ¿Qué los inspira o los frustra? ¿Hacia dónde se dirigen? Y te das cuenta de que la profesión te invita a «ser arquitecto de conexiones significativas, ser gestor de relaciones y creador de valor sostenible para marcas y consumidores», como decía un profesor en clase. Puede que el marketing tenga como objetivo final ayudar a subir las ventas de una empresa. Sí, no te voy a engañar con eso. Pero, puedes decidir cómo le vas a dar fuerza a ese mensaje.
Promover cambios de comportamiento para el bien común.
Es increíble los retos que puedes encontrar en el camino. Desafías todas tus habilidades, en especial la creatividad. No es hacer publicidad «bonita», , sino de generar impacto real, incluso promover cambios de comportamiento para el bien común.
Por ejemplo, en mi tesis, me enfoqué en la Publicidad Social y como las campañas de ODS pueden ser promotoras de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 2030), sobre todo los que están enfocados en el medio ambiente. También conozco colegas que trabajaron en mejorar la experiencia de usuario, en desarrollar marcas éticas que no abusen del comprador, en apoyar fundaciones animalistas o en construir marcas que conecten con el corazón de las personas. El Marketing es el medio donde si aprendes a leer el contexto y sus tendencias, las ideas que creas podrán crear, comunicar y entregar valor a cada una de las personas.
Es una profesión que me ha hecho enamorar del diseño, de la comunicación, de la estrategia… y, sobre todo, de la humanidad.
Por Mariana Henao – Colombia
