Con una audiencia con el Santo Padre León XIV concluyó este 19 de septiembre el Encuentro Jubilar y Sinodal para el Discernimiento Esperanzador sobre el Futuro de la Vida y la Familia, que se desarrolló durante tres días en Roma. Representantes de centros de formación en Doctrina Social de la Iglesia de América Latina y el Caribe, e invitados de América del Norte, África y Europa acordaron elaborar estrategias en común para enfrentar los grandes desafíos del cuidado de la vida, pero también los desafíos culturales y estructurales en un mundo en crisis. Se analizó la necesidad de estudiar a la familia como una institución de aprendizaje que requiere argumentos y propuestas significativas y válidas para la vida de hoy.
Mediante el método sinodal se propuso escuchar, discernir e iniciar procesos que respondan a los desafíos que enfrentan las familias en las periferias.
Fortalecer el diálogo
En su mensaje a los participantes del Encuentro, el Papa León XVI afirmó: “somos conscientes de que hoy en día hay auténticas amenazas a la dignidad de la familia, como, por ejemplo, los problemas relativos a la pobreza, la falta de trabajo y de acceso a los sistemas de salud, los abusos a los más vulnerables, las migraciones, las guerras”.
El Papa hizo también un llamado a las instituciones públicas y la Iglesia: “Buscar cómo promover el diálogo y fortalecer los elementos en la sociedad que favorezcan la vida en familia y la educación de sus miembros”.
En ese sentido, una de las conclusiones de este encuentro de centros de formación en Doctrina Social de la Iglesia fue proponer instancias de formación específicas para que representantes de las Iglesias locales puedan fortalecer sus conocimientos para actuar, comprendiendo la multiplicidad de factores que tensionan la vida y la familia.
El Encuentro fue convocado por la Red Latinoamericana y Caribeña de Pensamiento Social de la Iglesia (REDLAPSI / CELAM) y organizado conjuntamente por el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II (PITJP II), la Pontificia Academia para la Vida (PAV), la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL) y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Contó con la adhesión del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Cáritas América Latina y el Caribe, y la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR).
Las resonancias
En el Encuentro estuvieron presentes más de 50 personas, algunos de ellos compartieron sus impresiones sobre los temas analizados.
Monseñor Lizardo Estrada secretario general del Celam, considera que la situación de la familia en el continente es preocupante. “Hay Muchos males que la están destruyendo, dividiendo, aplastando, bombardeando. Ante esa realidad tenemos la Doctrina Social de la Iglesia”, afirmó.
¿Qué podemos decir ante la globalización de la indiferencia, la incertidumbre, la impotencia, cuál es nuestra actitud?, cuestionó el prelado. “El Papa Francisco y su magisterio social nos ha enseñado a responder con cercanía, humanidad y aquellos valores que salen del Evangelio”. Se trata de realidades que constituyen desafíos para acompañar a las familias. Entre ellos está la migración y la inteligencia artificial, entre otros. “La Iglesia debe responder a estos desafíos desde el evangelio”.
Al respecto, el obispo peruano recuerda que “todos estamos llamados a cuidar la familia como santuario de vida, esa iglesia doméstica que protege el futuro de nuestros pueblos, los jóvenes y la humanidad”. Por eso, asegura que es importante “hablar de la familia, de la vida en un sentido amplio, pero siempre desde el Evangelio, la espiritualidad y el pensamiento social de la iglesia”.
Una democracia débil
Por su parte Armando Borda, del Instituto de Estudios Social Cristiano de Perú, se refirió a la debilidad de los estados y la democracia. Un panorama que advierte en América Latina se ve agravado por diversos factores que confirman realidades predominantes en la región. Entre ellos está la desigualdad, la informalidad, la corrupción y el crimen organizado.
“Todas esas prácticas minan la democracia y la calidad de vida de las personas, dando origen a la informalidad, una de las peores consecuencias de la debilidad de los Estados que no consolida las instituciones públicas y no permite que se aplique la ley para todos. Informalidad de la que se aprovechan quienes lideran prácticas ilegales para afectar directamente a la gente debilitando y aprovechándose de la democracia; situaciones que terminan por afectar el bienestar de las familias”.
Eduardo Antonio Ramos del Instituto Hondureño de la Doctrina Social de la Iglesia y miembro de la Red Lapsi; destaca la realización del Encuentro, porque nos llama a reflexionar sobre lo que estamos haciendo hoy, lo que realmente deberíamos hacer y que permitiría encaminar nuestros esfuerzos para proteger y salvaguardar el futuro de la familia; pensando en que somos parte fundamental del cambio que deseamos para la sociedad de América Latina y el Caribe y el mundo entero”.
