Llega para quedarse

Navidad 2025 vuelve a recordarnos que Jesús vive entre nosotros, que prometió quedarse para siempre.  He aquí la fuerza del mensaje y de su encanto: Él camina con nosotros y cada año llama a nuestra conciencia para recordarnos Su presencia.

En medio de Su Luz vivimos vaivenes en todos los niveles: mundiales, nacionales, territoriales, familiares, eclesiales, sociales, culturales. Todo parece tener un rítmico movimiento, entre avances, logros, posibilidades y mayores complejidades; sufrimiento…incomprensiones como familia humana. La vida es un péndulo y se avanza en muchos planos, aunque tendemos a ver sólo lo que falta y nos llenamos de temores, angustias, desesperanzas.

Muchos de nosotros creemos en las palabras de los grandes medios, de las grandes redes. Sin embargo, en ellos hay un relato ciego del bien que camina y florece en la humanidad, en medio de oscuridades, incertidumbres, desazones. Jesús vino a quedarse con nosotros, nos trajo el modo de vida de la Trinidad, nos dio la vida y nos rescata cada día en un abrazo amoroso y misericordioso. 

Él nos dice cómo vivir la cercanía con cada prójimo, con cada comunidad humana. Él, vino para quedarse los 365 días del año. Navidad es el regalo que Dios nos hace cada año y con ella refresca nuestra memoria más profunda.

En este número tenemos una perla para descubrir, un hermano conocido como Luce Ardente, que viene de oriente, de una línea espiritual del budismo y se encuentra con el carisma de la unidad, con Chiara Lubich, para quien todas las personas son hijas de un único Padre, por lo tanto, lo reconoce por quien es y se interesa de su andar. Así nace en Luce Ardente la convicción de haber encontrado el camino del Amor, el camino de la fraternidad universal.

Este hecho evoca lo que Jesús dice en el Evangelio, que muchos vendrán del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de Dios ( Cfr. Mt 8,11; Lc. 13,29). La vida y coherencia de Luce Ardente nos muestra que la cercanía, la contemplación y la comprensión sabia es para todos y que muchas veces son los que, aparentemente vienen de más lejos quienes saben captar las novedades de Dios.

A todos les deseamos una fecunda y feliz Navidad. Que la esencia de este evento nos colme de felicidad, de amor por el prójimo y, digamos también, de la necesaria solidaridad ante la dificultad de tantos hermanos sufrientes, migrantes, necesitados de casa, de trabajo y del calor de una familia.

Por Susana Nuin Núñez