Las inundaciones causan devastación en África occidental y central

Las crecidas provocadas por las fuertes lluvias han dejado más de 1000 muertos y cientos de miles de viviendas destruidas, devastando ciudades y pueblos de África occidental y central en los últimos días.

Aishatu Bunu, maestra de primaria en Maiduguri, una ciudad del noreste de Nigeria, se despertó a las 5 a. m. con el sonido de los gritos de sus vecinos. Cuando abrió la puerta de su casa, se encontró con la crecida de las aguas. “Lo vimos… se venía el agua”, dijo Bunu. Presa del pánico, ella y sus tres hijos pequeños cogieron algo de ropa y sus certificados de estudios y huyeron de su casa entre unas aguas que rápidamente llegaron a la altura del pecho, encontrando finalmente refugio temporal en una gasolinera.

Bunu hablaba el viernes desde la plataforma de un camión al que consiguió subir con sus hijos tras varios días de refugiarse en diversos lugares de la ciudad afectada por las inundaciones. Las aguas inundaron Maiduguri a principios de la semana pasada después de que las fuertes lluvias provocaron el desbordamiento de una presa cercana. (…)

Hasta cuatro millones de personas se han visto afectadas por las inundaciones y casi un millón se han visto obligadas a abandonar sus hogares, según las agencias humanitarias.

El número exacto de muertos ha sido difícil de contabilizar dada la magnitud de la catástrofe, y las cifras comunicadas oficialmente no están actualizadas. En Nigeria, las autoridades dijeron que habían muerto al menos 200 personas, pero eso fue antes de que las inundaciones azotaran Maiduguri, lo que ha añadido al menos 30 personas a ese número. En Níger, se ha informado de más de 265 muertos. En Chad, 487 personas habían perdido la vida la semana pasada. En Malí, que se enfrenta a sus peores inundaciones desde la década de 1960, murieron 55 personas.

La primera noche después de huir de su casa, Bunu dijo que ella y sus hijos, Zara, Ahmed y Fatima, durmieron en una gasolinera. A la mañana siguiente, buscaron refugio en los terrenos de un instituto de investigación, donde permanecieron dos días, durmiendo a la intemperie, rodeados de agua. Aparte de unos pocos maníes, no tenían comida. Bunu dijo que no creía que sobreviviría. (…)

 La crecida de las aguas arrastró cocodrilos y serpientes mortales fuera del zoológico y hacia las comunidades, mientras que el 80 por ciento de los animales del zoológico se ahogaron, según una declaración de Ali Don Best, director general del Parque del Museo Estatal de Borno, donde se encuentra el zoológico. En Nigeria y en la mayor parte de la región, las inundaciones están afectando a comunidades ya asoladas por conflictos, desplazamientos y pobreza. Se prevén inundaciones aún peores para finales de año.

Aunque África sólo produce una fracción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, los africanos soportan una carga excepcionalmente pesada por el cambio climático, según la Organización Meteorológica Mundial.

Y adaptarse a él costará al África subsahariana entre 30.000 y 50.000 millones de dólares anuales durante la próxima década, o entre el 2 y el 3 por ciento del producto interno bruto de la región, dijo.

 “El impacto del cambio climático es lo que estamos presenciando ahora mismo”, dijo Olasunkanmi Oku nola, un científico cuyo estudio se centra en la gestión del riesgo de inundaciones y la adaptación al clima. “No hay forma de evitar que se produzcan grandes catástrofes, pero podemos tomar medidas para atenuar sus efectos”.

Señaló los sistemas de alerta temprana y la mejora de las infraestructuras de los países, como los sistemas de drenaje y las carreteras.

 En el Sahel, la árida franja al sur del Sáhara, el problema no suele ser la abundancia de agua, sino su falta. Décadas de desertificación y múltiples temporadas de lluvias fallidas han provocado con frecuencia sequías.

 Este es el caso de Zinder, una ciudad del sur de Níger, donde la semana pasada una mezquita histórica se derrumbó como consecuencia de las fuertes lluvias, tal y como captó un residente en un video.

“El derrumbe es una tragedia para todos los musul manes de Níger y del mundo”, dijo Macky Rabiou, imán de la mezquita, construida en 1810.

Todos en Zinder estaban desconsolados, dijo Haki min Fada, un fiel de la mezquita cuyos padres y abuelos también habían rezado allí. 

“Nadie dormía sin sentir el dolor”, dijo. “Aunque reconocemos que es el destino de Alá, y tenemos que aceptar el destino, no podemos evitar sentir una profunda tristeza”. (…)

En Nigeria y en toda la región hay una grave falta de financiación para hacer frente a la inmensa crisis humanitaria. En Nigeria, por ejemplo, Naciones Unidas dispone de menos de la mitad de los 927 millones de dólares que dice necesitar para salvar vidas mediante el suministro de alimentos y agua potable, y la prevención de enfermedades. 

Mientras las inundaciones se prolongaban en Maiduguri, los dos solos puentes que unen las mitades oriental y occidental de la ciudad empezaron a hacer ruidos extraños. Aparecieron grietas. (…) 

Por Ruth Maclean y Ismail Alfa Fuente. https://www.nytimes.com/es/

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