Expertos sospechan que detrás del desastre puede estar el cambio climático provocado por la acción humana.
Las recientes inundaciones en el sur de Brasil han dejado un saldo de al menos 150 muertos y más de dos millones de damnificados. Este fenómeno sin precedentes ha sido catalizado por una combinación de factores atmosféricos y climáticos exacerbados, según expertos consultados.
Bloqueo atmosférico
La situación comenzó a fines de abril, cuando se formó una compleja configuración atmosférica sobre la región. Un frente frío de origen antártico colisionó con una ola de calor generada por un anticiclón en el centro del país, donde las temperaturas superaron los 30 grados Celsius
. Este choque dio lugar a un “bloqueo atmosférico”, que mantuvo al frente frío estacionado sobre Rio Grande do Sul, explica Carlos Nobre, científico ambiental brasileño.
Los “ríos voladores”; de la Amazonía
Simultáneamente, masas de aire húmedo provenientes de la Amazonía, conocidas como “ríos voladores” se dirigieron hacia el sur. Normalmente, estos “ríos”; son cruciales para la irrigación de la región del Cono Sur, pero la presencia del anticiclón provocó que toda esta humedad se descargara exclusivamente sobre Rio Grande do Sul, resultando en precipitaciones históricas
. “La media en algunas localidades para todo el mes de mayo es de 150 mm de lluvia, pero solo en cuatro días de mayo cayeron entre 400 y 500 mm, fue un volumen muy grande”, detalla José Antonio Marengo, del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales de Brasil (Cemaden).
Océanos más calientes, lluvias más extremas
El cambio climático también juega un papel crucial en la intensificación de estos eventos. El calentamiento global ha aumentado la evaporación de los océanos, saturando la atmósfera con más humedad y, por ende, potenciando las precipitaciones.
El año 2023 se registró como el más cálido jamás medido, y el actual parece seguir la misma tendencia, lo que según los expertos, favorece la ocurrencia de fenómenos climáticos extremos.
“Los contrastes entre la ola de calor en el centro de Brasil y el aire frío de origen antártico al sur favorecen los fenómenos extremos en un planeta más cálido” observa Francisco Eliseu Aquino, jefe del Departamento de Geografía en la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.
Falta de prevención
A estos fenómenos naturales se suma la falta de preparación adecuada para enfrentar tales desastres. Según los científicos, en Brasil hay un déficit en la educación de la población sobre cómo actuar en situaciones de emergencia, la identificación de rutas de evacuación y la instalación de sistemas de alerta temprana, lo cual ha agravado las consecuencias de las inundaciones.
En Porto Alegre, la capital regional, la falta de mantenimiento adecuado en el sistema de diques también contribuyó al desastre. “Las compuertas se oxidaron y se rompieron”, apunta Marengo.
Por Servicio de información atmosférico de Brasil