
La campaña ‘La Vida pende de un hilo’, promovida por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) junto a organizaciones sociales y eclesiales, lanzó su cuarto episodio: “Familias de Acapulco en busca de sus desaparecidos”, un podcast producido en alianza con Juan Diego Network.
Desde su lanzamiento el 10 de diciembre de 2024, fecha en que se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos, la iniciativa trabaja para acompañar, dar visibilidad y dignificar a líderes y actores cívicos que asumen riesgos por proteger la vida y la justicia.
En este episodio, el obispo Carlos Garfias, arzobispo de Morelia y el sacerdote Jesús Mendoza hablan de un caso doloroso que conmocionó a México, se trató de la desaparición en el 2015 de la joven de 16 años Monserrat Ceballos. La historia reconstruye el dolor familiar, la ausencia de respuestas oficiales y la fuerza organizativa de quienes buscan e identifican a sus seres queridos.

El caso Monse: un camino de dolor, omisiones y resistencia
La historia revela cómo un día que parecía tranquilo se transformó inesperadamente en la tragedia más dolorosa para Sergio Ceballos, su hija desapareció mientras él disfrutaba la playa con parte de su familia. La respuesta de las instituciones fue lenta y desinteresada, pese a que el Protocolo Alba obliga a actuar de inmediato ante la ausencia de mujeres y niñas, a Sergio le impusieron una espera de 72 horas y desacreditaron su testimonio con estereotipos.
Desde ese momento, Sergio entró en una travesía dura, marcada por la falta de información, la inexistencia de procedimientos claros y un trato deshumanizante. Sergio, forzado a convertirse en investigador, recibió llamadas anónimas, siguió indicios por su cuenta y tuvo que enfrentar solo a policías, fiscales y peritos que minimizaron su dolor.
Tres meses después, gracias a las gestiones del propio Sergio, se localizó una fosa clandestina. Aun así, los peritos estatales afirmaron que los restos no eran de su hija. Luego, tres años y medio después, y gracias a la insistencia de un colectivo de familias buscadoras, las autoridades admitieron que sí se trataba de Monse, llevaba años sin identificar en la morgue estatal.

Nacimiento y fuerza del colectivo Familias de Acapulco
La historia de Sergio se repite en muchas otras familias que padecen la desaparición de sus seres queridos. Junto con otras familias, impulsó la creación de la organización Familias de Acapulco en busca de sus desaparecidos, conformada principalmente por madres y mujeres que, frente a la indiferencia del Estado, asumieron la tarea de buscar en fosas, barrancos, arroyos y zonas de altísimo riesgo.
Emma Mora, con su hijo José Alberto de 14 años desaparecido desde el 2011, es testimonio de resiliencia. Ella expone con claridad ese nivel de entrega de quienes buscan a sus familiares. Relata cómo han tenido que limpiar restos con sus propias manos, organizar búsquedas con herramientas rudimentarias y enfrentar amenazas, persecuciones armadas, desplazamientos forzados y maltrato institucional. Varias también quedan sin trabajo por entregarse de lleno a la búsqueda.Foto: Colectivo Familias de Acapulco
La crisis de desapariciones y la lucha de familias
El podcast muestra el drama que viven miles en México: más de 133.000 personas desaparecidas y al menos 72.000 cuerpos sin identificar en fosas y morgues. Al respecto, las familias hablan también de la carencia de personal, tecnología y recursos en las fiscalías, así como la inexistencia de un registro nacional de víctimas y un banco de ADN confiable que ayuden a agilizar estos procesos de identificación.
Las buscadoras denuncian que, además de lidiar con la pérdida de un familiar, sufren estigmatización, criminalización y dificultades para protestar o exigir rendición de cuentas. «Comienzas buscando a tu hijo y terminas buscando a todos”, afirma una de las madres del colectivo, subrayando el carácter humanitario de su esfuerzo.
Un mensaje universal: la vida que pende de un hilo
El episodio refuerza el objetivo principal de la campaña del Celam, que consiste en proteger la vida, denunciar la injusticia y acompañar a quienes enfrentan violaciones graves de derechos humanos. Sus testimonios recuerdan que la desaparición forzada es un problema colectivo que nos involucra a todos.
Con este capítulo, la campaña: ‘La Vida pende de un hilo’, busca mantener la memoria, exigir acción inmediata del Estado y la sociedad, destacando la valentía de quienes, a pesar del miedo y del dolor, continúan la búsqueda de sus seres queridos.
