El Observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de los Estados Americanos recordó la importancia del respeto de la dignidad de la persona, desde la infancia, en los derechos humanos de todos, y de manera especial en las personas con discapacidad.
Johan Pacheco – Ciudad del Vaticano
El Observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), monseñor Juan Antonio Cruz Serrano, ha intervenido en la sesión que se efectuó en Washington D. C. este 10 de diciembre con motivo de la presentación del informe del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes; de la Conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos; y con ocasión de la Conmemoración del “Día Internacional de las Personas con Discapacidad”, en cada caso subrayando la importancia del respeto de la dignidad de la persona.
La dignidad absoluta de la infancia
“La explotación sexual de niñas, niños y adolescentes en el ámbito digital no es un fenómeno aislado, sino una manifestación nueva —y en expansión— de formas de violencia que hieren gravemente su dignidad personal”, expresó monseñor Cruz Serrano. Indicando además que “al tomar conocimiento de estos datos, la Santa Sede desea ratificar la dignidad absoluta de cada niña, niño y adolescente. La explotación sexual, bajo cualquier forma, es una negación radical de ese valor”.
La centralidad de la dignidad de toda persona humana
Sobre la Conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, el Observador Permanente de la Santa Sede ante la OEA, manifestó que “esta fecha, evocada cada 10 de diciembre, nos remite a un hito fundamental para la humanidad: la adopción, en 1948, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas”.
Y recordando la importancia de este documento, citó la afirmación del Papa León XIV: “La Declaración Universal de los Derechos Humanos […] forma parte hoy del patrimonio cultural de la humanidad. Ese texto, siempre actual, puede contribuir en gran medida a situar a la persona humana, en su integridad inviolable, en el centro de la búsqueda de la verdad, devolviendo así la dignidad a quienes no se sienten respetados en lo más íntimo de su ser y en los principios dictados por su conciencia”.
“La Delegación de la Santa Sede —dijo Cruz Serrano en su intervención— considera que este marco es propicio para reforzar la centralidad de la dignidad de toda persona humana en los marcos normativos y las políticas públicas del hemisferio, promoviendo su desarrollo integral, protegiendo a los más vulnerables y fomentando una convivencia pacífica basada en la verdad, la justicia, la libertad y el respeto recíproco”.
El compromiso con las personas con discapacidad
Y con ocasión de la Conmemoración del “Día Internacional de las Personas con Discapacidad”, expresó monseñor Cruz Serrano: “Esta jornada nos invita a dirigir la mirada hacia una realidad que toca profundamente a tantas personas —hombres y mujeres, niñas y niños— y que reclama un compromiso decidido de acompañamiento, apoyo y reconocimiento. Se trata de una responsabilidad que compete tanto a las familias como a la sociedad en su conjunto, y que exige sensibilidad humana, visión ética y voluntad política”.
Y reiteró el llamado de la Santa Sede: «las personas con discapacidad son titulares de los mismos derechos y deberes que cualquier otra persona humana. En ellas se manifiesta con particular claridad la grandeza y la dignidad innata que pertenece a todo ser humano por el simple hecho de serlo”.

