¿La justicia social es antigua o urgente?

El término de justicia social se remonta a la antigüedad, más precisamente a Aristóteles tres siglos antes de Cristo. Así es que este filósofo, politólogo, científico, médico, discípulo de Platón y de origen griego, abordó el tema de la justicia y en particular el de la justicia distributiva que tenía como finalidad que cada persona recibiera conforme a lo que le corresponde en función de su dignidad.

Por su parte las primeras comunidades cristianas en Hechos 4 (34-36) expresa: “Ninguno padecía necesidad porque todos los que poseían tierras o casas las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades.

Es decir que el concepto de justicia, para los primeros cristianos, se encontraba profundamente vinculado con el de necesidad.

Es con la revolución industrial que el término de justicia social se vincula fuertemente con la cuestión social y la problemática de la necesidad de favorecer el bien común y así resguardar el valor de la dignidad de cada persona.

Para el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (201) la justicia social es una exigencia vinculada a lacuestión social que concierne a los aspectos sociales, políticos y económicos y sobre todo a la dimensión estructural de los problemas. En este sentido el Catecismo de la Iglesia Católica señala que la justicia social, está ligada al bien común y al ejercicio de la autoridad (1928).

Por otra parte en el Documento Gaudium et Spes, Constitución Pastoral del Concilio Vaticano II en el Número 29, dice: “ Resulta escandaloso el hecho de las excesivas desigualdades económicas y sociales que se dan entre los miembros y los pueblos de una misma familia humana. Son contrarias a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana y a la paz social e internacional”.

Por otra parte, la ONU, en el 2007, proclamó el día 20 de febrero como el día Mundial de la Justicia Social. Según el organismo, el objetivo es subrayar el desarrollo social y la justicia social como indispensables para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad de las naciones.

En definitiva, la justicia social es un concepto fuertemente vinculado a nuestra identidad. Somos personas en comunidad, seres sociales, no nos podemos concebir los unos sin los otros. Desde la fe nuestra dignidad tiene su origen en haber sido todos creados a imagen de nuestro Creador, Dios nuestro Padre y la entrega de la vida de Jesucristo por cada uno entregando su sangre en la cruz.

Somos iguales en dignidad, aunque seamos diversos en capacidades. Ello supone procurar que todos tengamos las mismas posibilidades para poder desarrollarnos y acceder a los bienes indispensables para la vida como son el agua, el alimento, la educación, la salud y la vivienda digna entre otros.

Los derechos humanos, tal como los concebimos en la actualidad, tienen sus raíces en la dignidad de todos los hombres. Desconocer la justicia social que se encuentra vinculada profundamente con los principios de la Doctrina social de la Iglesia (solidaridad, destino universal de los bienes, subsidiariedad, bien común, participación) es desconocer el valor de cada ser humano; en definitiva, desconocer sus derechos fundamentales reconocidos particularmente desde la Declaración de los derechos humanos en 1948.

Como diría el Papa Francisco: “Nadie se salva solo” “todos estamos en una misma barca”. No reconocer esta realidad es no reconocer quienes somos, no reconocer que en definitiva todos somos hermanos y por lo tanto el valor de la justicia social y la fraternidad son pilares a la hora de la construcción social.

Por Dr Gustavo Vivona – CladeEs

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