Monseñor Libardo Ramírez Gómez siempre acogió con alegría la Espiritualidad de la Unidad de Los Focolares, generando una relación fraterna entre sacerdotes y religiosos, y con los laicos de las comunidades locales que le conocieron en el Huila y el Quindío, regiones en las que prestó su servicio pastoral, y en la que acompañaba los encuentros y las acciones del Movimiento en estos lugares.

Frente a su fallecimiento el CELAM publicó un sentido perfil que les compartimos:
Nacido en Garzón, Huila, monseñor Ramírez adelantó sus estudios en el Seminario Mayor de la diócesis y fue ordenado sacerdote el 26 de mayo de 1956. Realizó una licenciatura en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, formación que marcaría de manera decisiva su servicio a la Iglesia.
El 20 de mayo de 1972 fue nombrado obispo de Armenia, ministerio que desempeñó hasta 1986, cuando fue designado como obispo de Garzón. Allí guió esta Iglesia particular durante 17 años hasta que el Papa San Juan Pablo II aceptó su renuncia en 2003 al haber cumplido el límite de edad.
Dentro de la CEC, hizo parte de la Comisión Episcopal del Estado Laical, representando al episcopado colombiano en el Sínodo de Obispos de 1987, dedicado a la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo.”

También las comunidades locales han manifestado su agradecimiento por la vida y servicio de Monseñor Libardo Ramírez Gómez:
La comunidad del Movimiento de los Focolares de Armenia, Quindío, con el alma plena de gratitud a Dios por la fecunda y apostolica vida de amor, fidelidad por el Ideal de la unidad y la Obra de Maria de Monseñor Libardo Ramírez Gómez, que dejan profundas huellas en la vida nuestra y de la Diócesis. Su celo evangelico, cercanía, apoyo y confianza en los laicos nos hizo experimentar el amor de Dios, de la Iglesia y de Obra. Nuestra gratitud por siempre en ésta hora sagrada al apóstol padre y hermano qué dio la vida por nosotros,
A su familia y a quienes compartieron su camino les aseguramos nuestras oraciones y ofrecimientos para que juntos sigamos caminando en su compañía celeste.
Vilma Espinosa y Luis Orlando López – Comunidad Armenia, Quindío.
