Del 16 al 22 de junio se inauguró en México el primer Curso de Verano de la Escuela Internacional de Economía de Francisco, en el que han participado más de 40 jóvenes provenientes de diferentes países de América Latina, el Caribe y Estados Unidos.
De esta manera, y luego de que se realizaran dos ediciones en Italia, México se convierte en la sede del primer Curso de Verano en español de la Escuela Internacional de Economía de Francisco con perspectiva latinoamericana, dirigida a jóvenes interesados en las economías incluyentes y solidarias. En este Curso de Verano se pretende hacer eco del llamado que hizo el Papa Francisco a los jóvenes en todo el mundo para encontrar nuevas alternativas a los modelos económicos existentes.
Edimer Pardo es docente en la Universidad la Gran Colombia, animador de la Economía de Francisco y participa acompañando a un grupo de sus alumnos.
Edimer ¿cuál es el objetivo de esta Escuela?
El objetivo es analizar, encontrar e impulsar nuevas alternativas a los modelos económicos e implementar los a nivel mundial. ¿Y qué ha sido para ti la experiencia de esta escuela de verano de la Economía de Francisco? En primer lugar, retomo una frase de la inauguración donde nos hablaban de encontrarnos con el otro. Puedo decir que desde esta frase introductoria fue reencontrarme con distintos jóvenes académicos, diferentes actores que tienen en el corazón esta economía solidaria. Conocernos y reconocernos compartiendo esas experiencias que nos interpelan, lo que cada uno vive en su contexto, desde su lugar de trabajo, fue realmente algo fantástico y diría aún más, fue una mirada fina que va en pro a esta economía con alma y a este pensamiento social cristiano que nos propone el Papa Francisco para comenzar a tejer y entretejer una conexión el uno con el otro ya sea desde tomar un café o en los momentos del almuerzo y de la cena.

Otro aspecto importante son las diferentes redes que justamente allí iban en pro a la construcción de ese grito de los pobres y de la tierra y de esa amistad social que nos propone el Papa francisco en sus diferentes encíclicas desde ‘Laudato Si’, ‘Fratelli Tutti’, y ‘Querida Amazonía’, para poder construir esta economía con alma dejando esta semilla para la construcción de Latinoamérica, es decir, dejar también nuestras raíces impregnadas con ese sello latinoamericano que nos identifica como idiosincrasia.
Es por ello que la Escuela ha estado centrada en una perspectiva latinoamericana, precisamente para afrontar los obstáculos y los desafíos propios de nues tros países latinoamericanos, como la persistencia de la pobreza, las desigualdades estructurales y la cultura del privilegio, además de la fragmentación social que deteriora la calidad de las políticas económicas y disminuye el potencial de crecimiento para lograr un desarrollo sostenible.
Otras expresiones
Hola a todos, soy Enith Rodríguez y he tenido la oportunidad de participar a esta escuela de verano, y me preguntan ¿de qué se trata la Primera Escuela de Verano de Economía de Francisco en español y con una perspectiva latinoamericana?
Es un evento que tiene como objetivo promover una nueva forma de entender la economía y el progreso, tal como lo propuso el Papa Francisco, en un movimiento global que busca combatir la cultura del descarte y dar voz a quienes no la tienen.
Busca también ofrecer un espacio de creatividad colectiva para repensar la economía desde los desafíos de nuestros territorios latinoamericanos y visibilizar así las alternativas económicas y de emprendimiento que emergen en nuestros países rescatando todos los elementos que tenemos (durante la historia y actualmente) para darle un giro a la economía en un sentido más humano y con un sentido que busque también el cuidado de la creación.
¿Por qué la llamaron “Economías para el Buen Vivir”?
Hemos decidido llamar a la Escuela “Economías para el Buen Vivir” en primer lugar porque la economía tiene que ver con la vida, es decir, no se trata de una técnica reservada para unos cuantos especialistas sino está inmersa en la vida cotidiana, la creamos, la disfrutamos y la padecemos todas y todos.
En segundo lugar, porque el “Buen Vivir” es una categoría que recoge la sabiduría ancestral de nuestros pueblos y comunidades indígenas, quienes forman parte importantísima en la historia y la memoria de nuestros territorios. Sin embargo, no se debe mirar a las comunidades como sujetos del pasado o como piezas de un museo sino como maestros de otro paradigma que puede ayudar a sanar nuestro mundo herido. La diversidad cultural y de sabidurías que forman parte de los “Buenos Vivires” nos ofrecen otro modelo de relaciones, y recordemos que a la base de la economía están las relaciones.
Hola a todos, mi nombre es Santiago Tovar, soy estudiante de Relaciones Internacionales en el Tecnológico de Monterrey en la ciudad de Querétaro, México, vine a participar a este evento porque una de las organizadoras es profesora mía, la respeto mucho y me invitó a participar. Para mí ha sido una experiencia increíble, poder conocer a tante gente, de tantos países que comparten estas ideas y que luchan por una economía con otro enfoque y donde el hombre sea el centro.
Y para concluir profesor Edimer, ¿En qué consistió esta escuela?
Esta Escuela consistió en talleres y ponencias, visitas a experiencias significativas y el compartir de cada participante con relación al trabajo o investigación que está realizando en torno a las economías alternativas. Hemos podido también dialogar con economistas, académicos y teólogos para profundizar en la propuesta inspirada en el legado de dos santos de Asís: Francisco y Clara. Como fruto de esta experiencia hemos generado vínculos y articulaciones para entre todos seguir apostando por caminos evangélicos en nuestro quehacer económico.
«Hoy, una nueva economía inspirada en Francisco de Asís puede y debe convertirse en una economía de amistad con la tierra y en una economía de paz. Se trata de transformar una economía que mata en una economía de la vida, en todos sus aspectos.»
Por Mariela García – Colombia