Este título fue la excusa que nos permitió encontrarnos durante un día y medio con jóvenes de entre los 17 a 30 años de edad. Un encuentro de familia, vivido en la sencillez, fruto de la alegría de compartir la vida.
Prácticamente entre nosotros no nos conocíamos. Es la primera vez que hacemos un encuentro mixto y con jóvenes de varias iglesias (un ortodoxo, uno de la Iglesia del Séptimo día, un no cristiano y varios que participan en ámbitos de la Iglesia católica). Todos llegaron con un único deseo: conocer más sobre el Movimiento de los Focolares, por lo que de inmediato se estableció una unidad a bloque.

Las temáticas fueron surgiendo de los propios jóvenes, con mucho espacio para el diálogo y las conversaciones espontáneas. Providencial la presencia del P. Mariano (sacerdote que está en el Centro de los sacerdotes del Movimiento en Roma y que se encuentra en Cuba por un mes). Su participación en el encuentro contribuyó a que se diera un tú a tú con los jóvenes que, para algunos, terminó con la confesión.
Fueron momentos vividos con intensidad en los que, a través de la vida compartida, todos salimos espiritualmente fortalecidos, con una nueva recarga de amor y felicidad.

Algunos jóvenes nos dicen:
Un encuentro en el que compartimos nuevas experiencias y aclaramos algunas dudas que teníamos. Además, la convivencia con los demás jóvenes fue una bonita experiencia también, porque a pesar de no conocernos, todos hicimos una bella amistad. Me llevo un gran recuerdo de esta convivencia. Muchas cosas en mí cambiaron. ( Jennifer León)
Este encuentro fue como un rayo de sol que iluminó cada rincón de mi corazón. Fue un fin de semana súper agradable donde la alegría y la tranquilidad se entrelazaron como una suave melodía. Cada día estuvo lleno de risas compartidas, conversaciones sinceras y momentos de reflexión que nos acercaron aún más.
Lo más hermoso fue que nos unía el amor y la fe, dos fuerzas que nos guiaron y nos recordaron que estamos todos conectados en esta gran familia humana. Sentí que cada gesto amable, cada abrazo y cada palabra de aliento era una bendición que reforzaba nuestra comunidad. Gracias por crear un lugar donde todos pudimos crecer, aprender y celebrar juntos. ( Yolena de la Caridad Delgado)
Admiro mucho la labor de quienes organizaron este encuentro, su fuerza, ternura, y alegría, anunciando con esperanza y amor el Evangelio de Jesús. Escuchamos sus testimonios de vida. Debatimos acerca de lo que representa ser un joven católico en la actualidad y los desafíos que enfrentamos. Asistimos a la misa. También bailamos, cantamos; nos divertimos. Disfruté mucho del encuentro, donde nos unimos jóvenes de diferentes provincias y muchos no nos conocíamos y logramos relacionarnos bien mediante dinámicas de presentación, de forma tal que al finalizar el encuentro éramos una gran familia de fe. Hubo un programa de actividades bien organizadas, que se realizaron y que superaron
nuestras expectativas. Nos mantuvieron siempre atentos y activos, tarea que no es fácil de
lograr. Muchas Gracias (Anamáyte del Vallín tengo 24 años).
«Desconectar para conectar». Creo que no existe mejor frase que esa, para describir la experiencia que vivimos este fin de semana.
Nos desconectamos de las rutinas, las responsabilidades y las dificultades del día a día, para conectar con nuestra verdadera esencia.
Conocimos a jóvenes de diferentes partes de nuestro país. Cada uno con historias y formas de pensar distintas, unidos por el deseo de construir un mundo más unido.
Comprendí que las buenas acciones, inspiran a otros, generando más buenas acciones. De esta forma, personas de todo el mundo, con distintas culturas, comenzamos a hablar un mismo lenguaje: El lenguaje del amor y la bondad.
No, no se trata solo de palabras bonitas. Esto es completamente realizable, y lo pude comprobar en este fin de semana.
A pesar de que éramos diferentes, y de que solo fueron un día y medio, ya en la noche, nos llevábamos tan bien entre todos, que casi parecía que llevábamos conviviendo mucho más tiempo.
En una época como la que estamos viviendo, casi parece utópico imaginar un mundo así. Sin embargo, podemos conseguirlo. Juntos es posible. (Gabriela Ferro)
“Para mí fue una experiencia increíble, conocí a muchas personas y pasé momentos inolvidables. Un fin de semana asombroso, experiencias que no esperaba y que me ayudaron mucho. (Kevin Junior Izquierdo Roman).
Por Alba da Silva- Cuba
