Soy Gloria, casada, tenemos dos niñas. En el 2021 me quedé sin trabajo y esto me costabamucho porque soy una mujer a la que le ha gustado siempre hacer algo y quedarme en casa no era fácil. Nuestras hijas comenzaban el colegio y sólo mi esposo trabajaba. Un día, después de haber realizado las tareas de la casa, me senté en las escaleras y dije: “Jesús, y ahora ¿qué hago?”: Me sentía triste y le pregunté a Dios si era eso lo que Él quería de mí.

Pasaron unas semanas y un día recibí una llamada. Dos personas que querían hablar conmigo. Me dijeron que necesitaban reabrir el Centro Educativo Fiore1, y necesitaban una persona para atender la cafetería. Ellos habían pensado en mí. Me alegré mucho porque sentí que era la respuesta de Dios. Me dijeron, también, que no podían ofrecerme un salario, que podía ganar algo con las ventas. Lo platiqué con mi esposo y le dije: “siento que esto es lo que Dios me está ofreciendo”. Y él me respondió: “hemos recibido mucho del Movimiento: familia, amigos y la formación de nuestras hijas. Esta es una manera de apoyar”.

Limpié la cafetería, la ordené, intenté mejorarla lo mejor que pude. Así inicié. En estos años la he visto crecer al igual que el colegio. Ser parte del equipo del colegio es bello, pero sobre todo me da mucha alegría ver que, poco a poco, el colegio se está levantando. Siento muy fuerte que Dios está ahí, con nosotros y conmigo en cada momento, desde que le dije sí a su voluntad. Y como familia, agradecemos la providencia de tener un trabajo. Donarme sin esperar nada a cambio es algo increíble.

Por Gloria Tucubal- Guatemala

1. Institución educativa promovida por el Movimiento de los Focolares, Guatemala