Kawomanik, en idioma kaqchikel es el valor de la gratitud y del agradecimiento. Es uno de los valores más desarrollados y enseñados en las comunidades Mayas. «El agradecimiento constituye, en la convivencia social Maya, un vínculo de unidad y solidaridad, fortalece la humildad y la dignidad» (1).
El 13 de mayo celebramos el inicio del proyecto del Focolar en Chimaltenango, por lo que este año, como comunidad, quisimos reunirnos para agradecer a Dios por la vida. compartida, por la alegría de sabernos familia, Obra de María aquí en este territorio Maya Kaqchikel.

La alegría fue completa porque nos acompañó el obispo de nuestra diócesis, Monseñor Domingo Buezo Leiva, que por primera vez visitaba nuestra comunidad del Focolar y que, junto al párroco, celebró la Eucaristía.
Una fiesta. El infaltable pino sobre el piso, que con su aroma relajante y su color verde intenso simboliza vida, reunión. Desde la mañana temprano el focolar se llenó de risas, de saludos afectuosos. Había quien llegaba con sus canastos de «chuchitos» (tamalitos de maíz rellenos con carne) elaborados en casa, de Patzún y Chimaltenango; de pan dulce, fruta, café, refresco; quien con almuerzo preparado para compartir con quienes habían llegado antes para ultimar detalles. ¡Una competencia de generosidad!
Monseñor se encontró en este clima de amor recíproco. Saludó personalmente a cada uno. Éramos unas 110 personas, la mayoría de nuestras comunidades y algunos de Guatemala ciudad. Un gesto sencillo, un apretón de manos, que para nosotros decía cercanía, reconocimiento, acogida.

Después de la misa tuvimos la oportunidad de compartir con monseñor nuestras experiencias de relación y encuentro con Jesús; de cómo vivimos la espiritualidad de la unidad y nuestro agradecimiento al Focolar. Él nos escuchó con atención y respeto. Le mostramos la riqueza de nuestra vida comunitaria conformada por niños, jóvenes, adultos, familias y nuestro deseo de ser constructores de fraternidad allí donde vivimos.
Monseñor, además de agradecernos, se conmovió. En sus palabras y gestos sentimos la calidez y la ternura de un padre que se alegra de los logros de sus hijos.

Entre otras cosas nos dijo: «El cristiano no es solamente uno que va a misa, que reza, sino que también se preocupa de la transformación de las realidades culturales (…) el campo propio que hay que transformar en Reino de Dios es justamente el trabajo, la familia, es la política. Hay mucho por hacer. (…) Me dio esperanza el hecho de que ustedes profundicen en la oración, en la palabra de Dios y con otros medios de vida común, de vida fraterna, esto ayuda, poquito a poquito, porque esto no se hace a la carrera, no se puede hacer rápido, pero como la levadura en medio de la masa, como la luz que alumbra en la oscuridad…”
Impresiones:
«¡Este es mi grupo! No sé explicar lo que siento en el corazón, pero estoy feliz de conocerlos, quiero seguir con ustedes» (de una persona que participó por primera vez)
«Me he sentido en familia (…) en nuestros grupos muchas veces ni conocemos a todos los miembros de nuestras comunidades. Gracias por invitarnos a compartir con ustedes». (De una persona que participa de otro Movimiento eclesial).
Una vecina: » Me siento ya parte de esta comunidad que acoge y que da testimonio del amor de Dios»
Este segundo aniversario significó una gracia y bendición para nuestra familia maya Kaqchiquel y miembros del Movimiento. En la cotidianidad de cada uno, hemos aprendido a encontrar en la Palabra de Vida el medio para conocer y practicar el amor recíproco que propone el Evangelio. A descubrir en el prójimo la puerta para vivir intensamente el amor de Cristo. (Familia Par Tzai)
Por Comunidad de Chimaltenango- Guatemala
1. Manuel de Jesús Salazar Tetzaquic y Vicenta Telón Sajabún. Valores de la Filosofía Maya. PROMEM/UNESCO/Países Bajos, 519/Gua/10. Segunda edición, 1999, 58pág.
