Beneficios de la adhesión de Bolivia al Mercosur

Por Adalid Contreras – Bolivia Sociólogo e internacionalista

No se trata tan solo del ingreso a un nuevo esquema de integración. Para Bolivia es una oportunidad para avanzar hacia una nueva fase de desarrollo, gozando de tres tipos de beneficios: por una parte, las posibilidades económicas y comerciales para la ampliación de sus emprendimientos de transformación productiva; por otra parte, está llamada a jugar un papel articulador con estatus pionero en un rango de doble pertenencia integracionista; y gozará de los beneficios de un esquema de integración integral, con incidencia directa en la superación de asimetrías y en el ejercicio de derechos agregados de sus ciudadanos.

Oportunidades económicas diversas y complementarias

Podemos hablar de una dimensión de oportunidades geoeconómicas, que hacen referencia a la importancia estratégica que tiene MERCOSUR en tanto la quinta economía del mundo, con cadenas productivas robustas y diversas, que abarcan desde productos agrícolas hasta motorizados. Como bloque genera cerca de la mitad de las exportaciones latinoamericanas y caribeñas al mundo y recibe el 40% de las importaciones. Asimismo, exporta el 56% de manufacturas y absorbe el 48% de las importaciones dentro del continente. En este esquema, Bolivia tiene la posibilidad de dinamizar acciones económicas relacionadas con recursos energéticos, minerales, naturales, alimentarios, hídricos, manufacturados hidrocarburíferos, adecuando su capacidad productiva, de negociación y de integración física. (…)

Las oportunidades comerciales para Bolivia ya se desarrollan con el Acuerdo de Complementación Económica Nº 36 (ACE 36) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración – ALADI, que consolidó la desgravación del total del universo arancelario a partir del 1 de enero del 2014, constituyendo una zona de libre comercio donde los países miembros tienen beneficios que abarcan la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos. Esta experiencia, además de la desarrollada en la Comunidad Andina – CAN, genera un efecto trampolín o plataforma, que permite que Bolivia llegue con un recorrido que le permitirá adaptarse a las complejidades del mercado común del sur en la comercialización de productos con valor agregado.

Históricamente, la balanza comercial con el MERCOSUR, le ha sido favorable a Bolivia por la venta de gas. Así, mientras el total exportado ha sido de 68.000 millones de dólares, las importaciones sumaron 49.000 millones, con un saldo favorable de 19.000 millones. A contracorriente, des-gasificando la relación comercial, se observa un déficit crónico, que de 238 millones de dólares en 1996 pasa a 2.065 millones a septiembre de 2023.

El gas constituía el 94% de las exportaciones, distribuyéndose el restante 6% en leche y nata (crema) en polvo, bananas frescas, aceites crudos de petróleo, sulfato de bario natural (baritina), palmitos preparados o conservados, frijoles, camisetas de algodón, zinc y sus concentrados, gas licuado de petróleo, y 302 productos más. Por su parte, las importaciones consisten fundamentalmente en diesel, 87%, seguido por barras de hierro o acero sin alear, gasolinas, harina de trigo, betún de petróleo, jeeps Campero 4×4 de cilindrada 1.500, tubos de perforación para la extracción de petróleo o gas, polietileno, tractores agrícolas, malta sin tostar, además de 3269 otros productos.

En MERCOSUR las oportunidades productivas se encaran con emprendimientos para la modernización del manejo del arancel externo común y la revisión del régimen de origen, que especifica los requisitos y procedimientos para determinar cuándo un producto es considerado como originario del bloque y, por tanto, gozar de tratamiento preferencial, lo que incluye la eliminación de los aranceles que gravan el comercio intrarregional. Este factor permite medidas de excepción para la protección a la producción, en Argentina y Brasil con 100 códigos de excepción a la nomenclatura común, Paraguay 649 y Uruguay 225.

De manera específica, el alto desarrollo que tiene el MERCOSUR en materia de producción agropecuaria, con armonización sanitaria y fitosanitaria, le ha permitido ingresar a importantes mercados en el mundo.  Esta tecnología, posicionamiento y mercados se harán extensivos a Bolivia, para profundizar sus emprendimientos en producción agrícola y ganadera, avanzando hacia sistemas de conservación del medio ambiente.

A la diversidad de medidas mencionadas acompañan acuerdos en defensa de la competencia y del consumidor. Asimismo, se toman iniciativas para una mejor articulación entre el sector público y privado, dinamizando la participación empresarial, estatal y comunitaria para encarar el desafío de la diversificación de la producción, tomando en cuenta que el país ingresa a un espacio de alta demanda y accesibilidad, favoreciendo a los procesos de industrialización y a los productores, que tendrán que trabajar productos de alta calidad, para un mercado exigente y competitivo.

En otra dimensión, el desarrollo científico y tecnológico está presente como desafío en las iniciativas de MERCOSUR. Así tenemos que las relaciones productivas-comerciales se caracterizan por la diversificación, densidad y alto contenido tecnológico en la perspectiva de frenar la tendencia hacia la primarización de la exportación que dinamiza el mercado internacional. Este factor constituye indudablemente un escenario favorable para la política boliviana de industrialización y sustitución de importaciones.

Doble pertenencia, doble beneficio

Para las acciones económicas y comerciales Bolivia tiene que moverse equilibrando su doble pertenencia a la CAN y al MERCOSUR, además de su pertenencia a ALADI, desarrollando para ello mecanismos como las geometrías variables y la cooperación reforzada, para superar la dificultad del paralelismo normativo en ámbitos de las políticas económicas y sociales, que deben someterse a su análisis y definición sector por sector, programa por programa y norma por norma. La consigna para este ejercicio es no perder ni una sola de las conquistas conseguidas en la CAN.

La doble pertenencia de Bolivia a la CAN y al MERCOSUR, que constituye una experiencia fundante, le reporta al país beneficios y responsabilidades de carácter político porque la ubicación geográfica que tiene en el corazón de Suramérica, le concede la posibilidad de jugar un rol histórico gravitante, de “bisagra” o conector entre el Atlántico y el Pacífico, el Oriente y el Occidente, el Sur y el Norte de Suramérica, las cuencas amazónica, de la plata y andina y las convergencias y complementariedades entre la CAN y el MERCOSUR, que son el fundamento de procesos mayores de integración suramericana.

Bolivia tiene una posición geográfica estratégica en el continente sudamericano, el 72 por ciento de sus fronteras está compartido con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que conforman el bloque del MERCOSUR; así como es parte de la Hidrovía Paraguay-Paraná, que inicia en Bolivia y es compartida con los cuatro países, lo que le permite al país la libre circulación fluvial y el acceso a puertos, con una salida natural hacia el océano Atlántico. Un factor complementario es la importancia de la inclusión de Bolivia en el corredor bioceánico con una línea férrea que une el Pacífico con el Atlántico, además de vías terrestre, fluvial y aérea. (…)

Integración integral para el vivir bien de la ciudadanía

La integración no puede ser vista sólo como espacio de intercambios económico-comerciales, puesto que las comunalidades sociales, políticas, culturales y ambientales son también relevantes para encarar objetivos de superación de asimetrías, la integración multidimensional, y la construcción de ciudadanía.

Bolivia tiene que trabajar políticas de gradualidad, flexibilidad y equilibrio para la superación de las asimetrías dentro el MERCOSUR, expresadas en limitaciones como la desproporción en tamaño, recursos y configuración interna de los países, el proteccionismo por la aplicación de barreras paraarancelarias, los distintos grados de desarrollo e industrialización, la variedad, cantidad y flujo de productos en el mercado, el nivel de infraestructuras desigual, barreras no arancelarias como el control de cambios, y los desacuerdos para establecer relaciones con terceros, lo que está llevando a que algunos países propongan la posibilidad de negociaciones bilaterales, como una forma de superar las restricciones.

Es importante que, en lugar de pensar con el chip de la competencia asimétrica, se valoren los intercambios como espacios colaborativos. En los sistemas de integración es posible racionalizar así, porque contienen dimensiones que apuntan a superar las asimetrías y a compensar los desequilibrios, con medidas tales como plazos más largos para el cumplimiento de compromisos, umbrales diferenciados, flexibilidad en obligaciones, asistencia técnica, trato especial y diferenciado y cláusula del máximo desempeño midiendo limitaciones estructurales, como por ejemplo la mediterraneidad. (…)

El ingreso a MERCOSUR reportará beneficios sociales para los más de dos millones de bolivianos que residen en los países de la región, adquiriendo el estatus de Ciudadanos del Mercosur, que les ofrece derechos y beneficios que mejoran su calidad de vida, con medidas como la libre circulación entre los países que integran la región solo con documento de identidad, sin necesidad de un pasaporte; las oportunidades para acceder a empleos productivos y dignos en igualdad de condiciones; el uso de licencia de conducir en cualquiera de los países que integran el organismo; y el derecho de residencia, que otorga el goce de beneficios con trato nacional en el ámbito de la salud, la seguridad social, la educación y la jubilación.

Bolivia ha dado un paso importante con su ingreso a MERCOSUR y MERCOSUR gana en su extensión y fortalecimiento con la adhesión de Bolivia. Quedan múltiples tareas por delante, que deben regirse por algunos principios como la concepción pluralista de la integración, la intervención de los más destacados especialistas en relaciones y comercio internacional, la capacidad de compartir soberanías en una pertenencia mayor para conseguir impactos más significativos a nivel internacional, la construcción de un sentido comunitario ampliado regionalmente con otros países hermanos, y la convicción irrenunciable de un mayor desarrollo con incidencia en la inclusión y superación de asimetrías para el vivir bien de nuestros pueblos.

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