Es Navidad

Los escaparates están decorados festivamente, esferas doradas, pequeños árboles de Navidad, ofertas de regalo preciosos. 

Las calles por la noche brillan con estrellas fugaces o cometas; los árboles que bordean las aceras con ramas llenas de luces rojas, azules o blancas crean avenidas con una atmósfera surrealista…

Hay un aire de expectativa. Todos están implicados… La Navidad no es solo un recuerdo tradicional: el nacimiento de ese niño de hace años…

¡La Navidad está viva!

Y no solo en las iglesias con los pesebres, sino entre la gente por el clima de alegría, amistad, bondad que crea cada año.

Y, sin embargo, incluso hoy el mundo está afectado por problemas enormes: pobreza hasta el punto del hambre, [….] decenas de guerras, terrorismo, odio entre grupos étnicos, pero también entre grupos y entre personas…

Se necesita amor. Jesús necesita regresar con fuerza.

El Niño Jesús es siempre el inmenso regalo del Padre para la humanidad, aunque no todos lo quieran reconocer. También debemos dar gracias al Padre por ellos. Nosotros tenemos que celebrar la Navidad y renovar nuestra fe en el pequeño Dios-niño que vino a salvarnos, a crear una nueva familia de hermanos unidos por el amor, extendidos por toda la Tierra.

Miremos a nuestro alrededor… Que este amor esté dirigido a todos, pero en particular a quienes sufren, a los más necesitados, a los que están solos, a los pobres, a los pequeños y a los enfermos… Que la comunión de afecto y de bienes con ellos brille como una familia de verdaderos hermanos que celebran la Navidad juntos y van más allá.

¡Quién podrá resistir el poder del amor?

A la luz de la Navidad, hagamos gestos, inspiremos acciones concretas. Serán remedios que parecen pequeños, pero aplicados a gran escala, pueden ser luz y solución para los graves males del mundo.

¡Feliz Navidad!

Chiara Lubich

Pensamiento para la conexión mundial de diciembre 2005.

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