Llamados a la esperanza, Conferencia Ecuménica Internacional

Entrevista a Sandra Ferreira Ribeiro, de Brasil, y Enno Dijkema, de los Países Bajos, corresponsables del Centro “Uno” para la Unidad de los Cristianos, del Movimiento de los Focolares. 

¿Cuál es el significado de la Conferencia en el itinerario y en el camino del ecumenismo en el Movimiento de los Focolares? ¿En qué etapa se encuentra este evento y por qué?

A lo largo de los 65 años de experiencias ecuménicas del Movimiento de los Focolares, la Conferencia demostró hasta qué punto la puesta en práctica y el testimonio de personas que han acogido el carisma de la unidad del Movimiento de los Focolares y se han inspirado en él para su vida, han producido frutos maduros de amistad, fraternidad y colaboración entre los cristianos de las diversas Iglesias. 

¿Qué etapa marca este evento?

Podría resumirse con la palabra “juntos”: el acontecimiento marcó una nueva etapa en el sentido no de un único camino como movimiento, que continúa, sino que ahora somos más conscientes de cuánto podemos caminar junto con los demás para dar testimonio de la fe cristiana que nos lleva a entablar un diálogo de vida con todas las personas de la sociedad y a trabajar con todos por un mundo más justo y pacífico. Por lo tanto, junto con la presentación de nuestra propia espiritualidad ecuménica de diálogo y experiencias, con el programa hemos dado más que nunca plataforma a muchos otros que trabajan por la unidad de los cristiano. Podemos mencionar a representantes del Dicasterio para la >Promoción de la Unidad de los Cristianos, del Consejo Mundial de Iglesias, del Foro Cristiano Mundial Somus Um (Brasil), de la Conferencia Episcopal italiana y de algunos delegados fraternos del Sínodo de la Iglesia Católica 2022 – 2024. Con este encuentro aprendimos unos de otros. Nos hemos enriquecido mutuamente. Descubrimos grandes sinergias y establecimos y fortalecimos amistades. 

¿Qué aportes da este evento a la Iglesia?

La Iglesia Católica primero y luego otras iglesias interpretaron el nacimiento del Movimiento de los Focolares como un nuevo carisma de Dios para la Iglesia y para la sociedad, el carisma de la unidad. En este sentido, desde el principio, ha habido en el Movimiento esta conciencia de colaborar en la Iglesia y con la Iglesia para contribuir a la realización de la oración de Jesús al Padre “que todos sean uno” (Jn 17, 21), que es el fin de la Iglesia. 

La Conferencia misma tiene este significado. Pero de manera especial en el contexto actual puede ser visto como una contribución a la Iglesia en al menos las siguientes direcciones. 

  1. Llamar la atención de todos sobre algunos acontecimientos importantes del año 2025 que interesan a todas las Iglesias (1700 años del primer Concilio de la Iglesia en Nicea, fecha común de la Pascua para todas las iglesias, 60° aniversario de la abolición de las excomuniones entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla). Estos acontecimientos nos han reconducido a los fundamentos de la fe cristiana, impulsándonos así al testimonio valiente de esta fe hoy, tanto en las sociedades occidentales más marcadas por el ateísmo explícito o implícito, como en las sociedades en las que los cristianos son minoría, como en otras sociedades en las que la fe cristiana está en auge. 
  2. Al insistir en la importancia y la urgencia del diálogo hoy, la Conferencia ha contribuido a despertar en todos la conciencia de que el ecumenismo no es opcional para los cristianos, sino que responde al deseo profundo de Cristo por su Iglesia, así como a sanar el escándalo de la división entre los cristianos que, sobre todo, impide un trabajo eficaz para la construcción de la fraternidad y de la paz. 
  3. Un panel sobre Sinodalidad y Ecumenismo que reunió a 5 participantes en el Sínodo de la Iglesia Católica, entre ellos 3 “delegados fraternos”, quiso no solo destacar la importancia y la gran novedad del contenido y la metodología del Sínodo, sino también el significado de la Sinodalidad que no puede prescindir del Ecumenismo tanto a nivel institucional como a nivel de un camino realizado dentro de los diversos grupos y Movimientos presentes entre en las Iglesias o entre ellas. Tuvimos una pequeña probadita de la experiencia del Sínodo mismo y, por un momento, nos abrió una ventana, dejándonos vislumbrar la posibilidad de la Iglesia unida del futuro. 
  4. Los proyectos, iniciativas y redes de organizaciones y redes de nivel internacional y nacional han sido fuertes signos de esperanza. Y los testimonios de individuos y grupos de diversas regiones del planeta han demostrado que cada uno puede ser el protagonista en este proceso hacia la unidad de los cristianos. Pero además de esto, su convivencia durante el encuentro entre los 250 participantes de 40 países en representación de 20 iglesias, fue una elocuente constatación de lo importante que es promover el conocimiento entre los diferentes, “mirarse a los ojos”, como lo expresó el Patriarca Ecuménico Atenágoras para redescubrirse como hermanos y hermanas. 

El camino ecuménico se basa sobre todo en las amistades, creando así cada vez más espacios de confianza y amor mutuo que forman nodos en la creciente red. A su manera, la conferencia ayudó a reforzar estos nudos y a crear otros nuevos. Una cosa única es que hemos podido y podemos tener tal impacto, no solo a nivel de líderes y pastores de la Iglesia, sino a todos los niveles del pueblo de Dios, dado que la participación en el congreso tuvo una composición amplia: 40 países, 20 iglesias, jóvenes y adultos de diferentes edades, obispos, líderes eclesiásticos, pastores y simples fieles. 

¿Cuáles son hoy las nuevas perspectivas del Movimiento de los Focolares en el ecumenismo?

Continuar en esta dirección: 1. Formar a las personas dentro y fuera del Movimiento sobre la importancia y el significado del ecumenismo como dimensión esencial del ser cristiano. 2. Seguir colaborando con la Iglesia Católica, con las diversas Iglesias, personas y organizaciones en el campo ecuménico, reforzando las nudos existentes y creando otros nuevos en la red de amistades, para ser cada vez más testigo de un solo cuerpo que vive por la unidad. 3. Tratar de cerrar más espacios para la difusión de aquellos signos de esperanza que estimulen y a todos a ser constructores de diálogo en todas partes y a dar esperanza. 

Entrevista realizada por la redacción

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