Un gobierno en contra tendencia abre un panorama esperanzador para el país
Centroamérica presenta un panorama socio político muy diverso, atravesado por desafíos comunes: pobreza, dependencia económica, migración, democracia y estados de derechos frágiles. Sus sistemas políticos presidencialista cifran su éxito en el carisma personal al mismo tiempo que ofrecen espacios para la deriva autoritaria que atenta contra la endeble democracia.

Conversamos con Isabel Aguilar Umaña, directora técnica de la Plataforma de Paz, Cohesión Social y Justicia de la oficina regional de Catholic Relief Services (CRS) para América Latina y el Caribe. Además, se trabaja con las Cáritas, con otras organizaciones basadas en la fe, con redes, en función de objetivos estratégicos que tienen que ver con el desarrollo humano integral, con la paz, la construcción de consensos, y el afianzamiento de la cohesión social y el desarrollo.
– Isabel, tu resides en Guatemala, el nuevo gobierno lleva un año y tres meses de estar en el poder ¿ha habido avances en las áreas de tu trabajo por la paz?
– El proceso de diálogo que se abrió después de la firma de los Acuerdos de paz en mi país (Los Acuerdos de Paz de Guatemala se firmaron el 29 de diciembre de 1996. Pusieron fin a 36 años de conflicto armado interno n.d.r.) y que involucraron a la sociedad civil en esfuerzos muy valiosos de búsqueda de consensos multisectoriales, apuntaban a un programa de cambios estructurales para abordar las causas del conflicto. Se buscaba una elaboración consensuada y participativa para las políticas públicas y el fortalecimiento de un Estado democrático.
Lastimosamente, este proceso se truncó a causa de gobiernos que se caracterizaron por unos enormes grados de corrupción que llevaron, por ejemplo, en 2015 a que la ciudadanía protestara enérgicamente de tal manera que se lograra la renuncia del presidente y la vicepresidenta.
– ¿Cómo se pudo lograr?
– Porque en esos años había una Comisión Internacional contra la Impunidad, un órgano de la ONU, que apoyó a la sociedad civil y se pudo denunciar y desvelar casos de corrupción de alto impacto que involucraban a funcionarios públicos al más alto nivel.
– ¿Y cómo encontró la situación este gobierno de Arévalo, el candidato de la lucha contra la corrupción?
Centroamérica presenta un panorama socio político muy diverso, atravesado por desafíos comunes: pobreza, dependencia económica, migración, democracia y estados de derechos frágiles. Sus sistemas políticos presidencialista cifran su éxito en el carisma personal al mismo tiempo que ofrecen espacios para la deriva autoritaria que atenta contra la endeble democracia.
El tipo de aparato estatal que encuentra el gobierno de Ber ardo Arévalo, es de un Estado destruido, de un Estado socavado por los efectos negativos de la corrupción y un desmantelamiento de la estructura, incluso burocrática, en el sentido de las capacidades técnicas, que ha caracterizado a los últimos tres gobiernos. Y sobre todo un aparato judicial, un sistema de justicia comprado. Comprado por estos grupos de poder fáctico, el crimen organizado y otros grupos que tienen jueces a su favor, que tienen también a la Fiscalía, que hicieron una serie de maniobras malévolas tendentes a evitar que Arévalo pasara a segunda vuelta. Sin embargo, se pudo gracias al movimiento popular, en particular encabezado por los pueblos originarios liderados por los 48 Cantones de Totonicapán, que es una organización ancestral del pueblo k’iche’ y acuerpado por la ciudadanía.
– Isabel, y a un año de la presidencia de Bernardo Arévalo, ¿Cuáles te parecen las claves, si hay claves exitosas y cómo se proyectan?
– Mira, yo creo que el primer éxito es que él haya llegado. Es un gobierno en donde muchos nos sentimos representados. Pero más de una adherencia que no deja de ser emocional, creo que ha habido aciertos y desaciertos. Hay personas en los ministerios que han llevado equipos técnicos bastante solventes, muy capaces en el ejercicio de la función pública. Entonces,
creo que eso da confianza y sabemos, muchos sabemos que las cosas se están haciendo, se están tratando de hacer de la mejor manera posible. Ahora lo que estos funcionarios enfrentan es el peso de una burocracia muy infestada. Esta burocracia acomodada, corrupta también, que sabe manejar la cosa pública, que ha impedido, por ejemplo, que se ejecuten los
presupuestos a lo que se debería dar ejecución. Entonces, la obra pública o las acciones, el rescate de los ministerios, por ejemplo, no ha sido tan completo como muchos esperábamos, y más allá de lo que muchos pudiésemos esperar, lo que la gente necesita. Entonces, la democracia sustantiva, ese logro, esos result ados de vivir en democracia no han llegado tanto a la gente, y entonces la gente ya se está desesperando.
– ¿Está cooptado el Estado de Guatemala o está cooptado por el narcotráfico?
– Es que estos son, lo que se llaman redes políticas y económicas ilícitas, que son justamente estos grupos de poder que operan en diferentes niveles, pero que se caracterizan por la convivencia de los actores armados criminales y los políticos. Entonces, a veces no sabes quién es uno y quién es otro, pero lo que sí sabes es que actúan en red. Entonces, por ejemplo, alcaldes que han repetido períodos durante varios años y que recibieron apoyo de grupos de narcotráfico que operan en determinado territorio y que después ellos formaron su propio grupo político o se adhirieron a un partido político, o que van haciéndose clanes familiares.
– ¿Y los pueblos indígenas que lo llevaron a la presidencia? ¿Cuál es la reacción?
– Mira, creo que no están muy satisfechos. Yo escuché unas declaraciones recientes en la radio y según lo que decía uno de los líderes de los 48 Cantones, decía muy elegantemente, pero se podía leer entre líneas, que también están vigilantes, es verdad. Por ejemplo, el sistema de salud está totalmente destruido, no se ve, por ejemplo, una mejoría. Hay problemas para la ejecución de los contratos y todos los procesos legales para, por ejemplo, la reparación de carreteras. Esto bloquea. Desde los pequeños y medianos empresarios hasta los más grandes padecen esto. En algunos ministerios, creo yo que también habría que energizar un poco y también ayudar a que las personas entiendan que el rescate de un estado que ha sido tan destruido, no es tan fácil. También recientemente, con toda esta cantidad de emigrantes retornados que están ahora llegando al país, el gobierno está intentando también hacer cosas más integrales, que se atiendan de una forma más contundente, no sólo desde la perspectiva del individuo migrante, sino familias y grupos migrantes. En educación también, están tratando de encaminarse de una forma más integral, por ejemplo, nosotros hemos apoyado todo el programa que la ministra ha impulsado de Cultura de Paz en el aula y eso también es relevante. Creo que además este gobierno necesita urgentemente dar a conocer estos avances a la población pues ha faltado una buena comunicación.
Entrevista realizada por la Redacción en colaboración con
Felipe Casabianca – Guatemala