Carta del Papa Francisco al Corriere: «La enfermedad y la fragilidad nos hacen más lúcidos. Necesitamos responsabilidad, desarmemos la Tierra”

CORRIERE

Por Papa Francesco

El Papa Francisco escribe al Corriere y aborda el tema de la «fragilidad humana», respondiendo a un mensaje de cercanía del director Luciano Fontana

Esta es la carta que el Papa Francisco envió desde el Policlínico Gemelli de Roma, donde se encuentra hospitalizado desde el 14 de febrero, al director del Corriere della Sera Luciano Fontana, quien le había enviado un mensaje de cercanía y buenos deseos para su salud. En la carta, el director Fontana había preguntado al Papa si quería intervenir con su propio llamamiento en un momento tan grave y delicado, pero también importante, para la comunidad internacional y para las poblaciones todavía martirizadas por la guerra. Y subrayó las mismas palabras del Pontífice que condenó repetidamente los «planes de guerra» en lugar de los «planes de paz».

Tras unos días de espera, ayer llegó esta carta, fechada el 14 de marzo, en la que el Papa Francisco habla de sus condiciones de salud, aborda el tema de la fragilidad humana y reitera su sentido grito de “que nos unamos en un esfuerzo” para “reavivar la esperanza de la paz”.

Querido Director,
quisiera agradecerle las palabras de cercanía con las que ha querido hacerse presente en este momento de enfermedad en el que, como he tenido ocasión de decir, la guerra parece aún más absurda. La fragilidad humana , de hecho, tiene el poder de hacernos más lúcidos respecto a lo que dura y a lo que pasa, a lo que nos hace vivir y a lo que mata. Quizás por eso tendemos tan a menudo a negar límites y a evitar a las personas frágiles y heridas: ellas tienen el poder de cuestionar la dirección que hemos elegido, como individuos y como comunidades.

Quisiera animaros a vosotros y a todos aquellos que dedicáis trabajo e inteligencia a informar , a través de las herramientas de comunicación que hoy unen nuestro mundo en tiempo real: a sentir toda la importancia de las palabras . Nunca son sólo palabras: son hechos que construyen entornos humanos. Pueden conectar o dividir, servir a la verdad o hacer uso de ella. Hay que desarmar las palabras, desarmar las mentes y desarmar la Tierra . Hay una gran necesidad de reflexión, de calma, de sentido de complejidad.
Mientras la guerra sólo devasta las comunidades y el medio ambiente , sin ofrecer soluciones a los conflictos, la diplomacia y las organizaciones internacionales necesitan nueva vida y credibilidad. Las religiones, además, pueden aprovechar la espiritualidad de los pueblos para reavivar el deseo de fraternidad y de justicia , la esperanza de paz.
Todo esto requiere compromiso, trabajo, silencio, palabras. Sintámonos unidos en este esfuerzo, que la Gracia celestial no dejará de inspirar y acompañar.

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